Os advierto desde ya a los que os pueda pillar desprevenidos: la blogosfera gastronómica al completo y redes sociales varias corren el riesgo inminente de colapsarse debido a una avalancha de calabazas en 3, 2, 1… Además, os vengo avisando desde hace algún tiempo de que «Autumn is coming» y de que ando pegada al rodillo como Robin a Batman. Así que ahí va este icónico pumpkin pie o tarta de calabaza.
No, no os alarméis que en esta ocasión no os voy a relatar los innumerables beneficios de la calabaza (que son muchos). Pero es que en la cultura repostera anglosajona es muy común emplear hortalizas como ingredientes principales de tartas y bizcochos. Además de la calabaza, el calabacín y la zanahoria son también algunas de las habituales, sin olvidarnos del ruibarbo y el boniato ente otras (uy, uy, uy, más madera para esta caldera…).


Es éste, además, uno de los numerosos platos dulces habituales en las mesas del Thanksgiving Day (día de Acción de Gracias, fiesta nacional de los EEUU desde 1777) cada 4º jueves de noviembre, junto con la Apple Pie (tarta de manzana), alguna Cheesecake (tarta de queso), quizás una Sweet Potato Pie (tarta de boniato) y/o una Pecan Pie (tarta de nueces pecanas) en cualquiera de sus variedades. Y todo esto para empezar (o terminar, según se mire); la lista puede ser interminable, a pesar de llegar al postre con algún que otro botón desabrochado discretamente.
Y si no te gusta que te den calabazas, tú te lo pierdes, porque si tienes la suerte (como yo 😉 ) de que algún amigo o familiar se haya encargado de cultivarlas con cariño y esmero y te haya elegido como destinatario del fruto de sus cuidados, podrías acabar deleitándote y deleitando al personal con una de éstas. Si no tienes esa suerte o prefieres comprar el puré de calabaza ya hecho, vas a acabar con una tarta deliciosa como la que más, porque está igualmente delicioso. Eso sí, deberás dar con uno que sea 100% natural y no contenga ni colorantes ni conservantes, sólo calabaza y nada más que calabaza (procura no confundir el puré con la crema de calabaza, porque entonces tendrás cualquier cosa menos una tarta). Así que ¡a «calabacear» se ha dicho!
ATENCIÓN: Receta editada 16 Sept. 2013
- Ver receta aquí y dividir las cantidades por la mitad.
- 15 g (2 cucharadas) de galletas tipo Digestive trituradas o de pan rallado
- 150 g (¾ cup) de azúcar blanco
- 1 cucharadita de canela molida
- ½ cucharadita de jengibre molido
- ¼ cucharadita de clavo molido
- ½ cucharadita de sal
- 2 huevos (L)
- 425 g (1¾ cups o 15 oz) de puré de calabaza
- 240 ml (1 cup) de leche evaporada
- Nata montada para servir (opcional)
- Ver receta aquí. (No necesita prehorneado)
- Precalentamos el horno (eléctrico) a 220ºC (428ºF) y colocamos la rejilla del horno a media altura.
- En un cuenco mediano mezclamos bien el azúcar, la canela, el jengibre, el clavo (recordad, todo molido) y la sal con unas varillas. Reservamos.
- En un cuenco grande batimos los huevos y añadimos la mezcla de azúcar y especias anterior junto con el puré de calabaza. Mezclamos hasta obtener una mezcla homogénea.
- Añadimos a continuación la leche evaporada, poco a poco sin dejar de remover hasta incorporar por completo.
- Sacamos la base de nuestra tarta del frigorífico y esparcimos las galletas trituradas por todo el fondo de forma uniforme.
- Con la ayuda de una espátula de silicona, vertemos sobre la base de la tarta la mezcla de calabaza sin llegar a cubrir el borde.
- Horneamos durante 15 minutos y a continuación reducimos la temperatura del horno (eléctrico) a 180ºC (356ºF). Seguimos horneando durante otros 40-45 minutos más o hasta que se haya cuajado por completo (ha de haber perdido el brillo de la humedad del relleno en el centro).
- Dejamos enfriar durante unas 2 horas sobre una rejilla antes de cortar y servir.
- Se suele servir acompañada con nata montada, pero sola ya es una auténtica delicia. Vosotros juzgaréis.
Se conserva en el frigorífico bien cubierta durante 2-3 días.
-El puré de calabaza lo puedes comprar ya hecho (el natural; sin nada más que calabaza) o hacerlo en casa sin demasiada complicación. En cualquier caso, no se debe confundir con la crema de calabaza; ése es otro plato.
- Si te apetece un toque más caramelizado, tanto en color como en sabor, prueba a intercambiar el azúcar blanco por azúcar moreno. La próxima así la haré.
- El sabor de esta tarta, como suele suceder, no hace más que mejorar y mejorar; pasadas 24 horas todos sus sabores se han asentado y fusionado.
- Día nacional del Pumpkin Pie: 25 de diciembre.
Receta adaptada de la Libby’s Famous Pumpkin Pie
Me encanta la calabaza, me encanta tu tarta, pero, como he llegado un poco tarde ya las bloguers de arriba se lo habrán comido todo jijijiji
Deliciosa receta, gracias por tus fotos y tu receta
Besos
Muchas gracias, reguapa! Tú nunca llegas tarde; para ti siempre queda un trocito 😉
Bss
Se ve muy rica y te ha quedado muy alta. No la he probado, hice una tarta de calabaza pero era una tarta fria, asi que no tiene nada que ver con esta.
Es muy suave, la verdad, y deliciosa. La altura depende del molde que utilices; si es más amplio quedará más bajita. El mío es un poco profundo.
Gracias por tu comentario y por la visita! 😉
Bss
Looks delicious! 🙂
It was! 😉
Bss
Qué bien le va a venir a mi establecimiento esta entrada (si logro que se parezca mínimamente a la que has producido, claro!). Con el otoño, apetecen esas combinaciones de sabor tan… rurales!
Fantástica entrada. Animos y adelante
Te saldrá incluso mejor, ya lo verás 😉
Sí que apetece dejar atrás el calor sofocante del verano y disfrutar de otros paisajes…
Mil gracias por tu visita y tus palabras 😀
Bss
¿Puede ser que me hayas vuelto a leer la mente? Yo también tengo la suerte de recibir calabazas (jejejeje, que raro suena ¿no?) y como el bizcocho de calabaza me encanta tenía pensado hacer una de estas cuando pudiera. ¡Qué buen gusto tienes!
Un besazo, y el corte tiene una pinta impresionante.
Debemos de ser almas gemelas con esto de la repostería…
Gracias por la visita (el buen gusto no será el tuyo? 😉 )
Bss
¡¡MmmmmMMmmmMmm!! ¡Qué saborcito a otoño tan rico! Ay, Rosa, qué bueno tiene que estar esto, siempre termino salivando cada vez que leo tu blog… 🙂 y me ha encantado el símil de Robin y Batman jaja <3
Jejeje… Me alegro de que te haya gustado, guapa!
Aún saboreándola… Un trocito? 😉
Bss
Nos parece una tarta 10. Muy otoñal y muy apetecible.
Un besito.
Ooooooh! Muchas gracias, chicas. Y ahora va y vuelve el calor, al menos en Levante… En fin! 😉
Bss
Ayy qué rico me recordó los flanes de calabaza que me hacía mi abuela. Con lo mona que era para comer ella siempre procuraba hacer lo que me gustaba. Este fin de semana hice un pineapple and carrot cake, el próximo bizcocho tendrá calabaza jeje. Un besito
Esos flanes debían de estar increíbles! Las abuelas es que están hechas de una pasta especial…
Bss
Adoro la calabaza y esa tarta tiene que estar de muerte!!! Me encantan las fotos y la presentación siempre es excelente!!!! Felicidades guapa!!!!
Siempre tengo la sensación de que no te agradezco lo suficiente tus palabras… La verdad es que a diferencia de otras tartas, con esta no te sientes hinchada para nada. Me encanta su textura suave y todos esos matices aromáticos de las especias… Creo que van a caer unas cuantas más ?
Bss
Qué buenos amigos tienes, Rosa! Esa calabaza bien se merecía terminar en tarta! El día que probé unos muffins de calabaza, el mundo de las hortalizas adquirió un nuevo uso en mi cocina! Para mantener el morenito del verano nos viene ideal esta receta (y para conservar los michelines también!)
Dulces besos,
Débora
Qué consejo más genial! Gracias, guapa ?.
¿Michelines? ¡Qué va! Si el relleno no tiene apenas grasas 😉
Bss
Cierto, en verdad lo que engorda es si la acompañas con nata montada…
(y si te comes la masa, pero shhh…) 😉
Pues la calabaza no me gusta, pero esta tarta tiene una pinta estupenda!!!
Gracias Succre. En casa hemos ido aprendiendo a valorar las hortalizas en los postres y nos parecen todo un descubrimeinto, pero es diferente, la verdad.
Bss
Como siempre… me comería tus fotos!
Jajaja… No me des ideas que soy un peligro ? Ya lo estoy viendo; hago la foto y la imprimo en papel comestible. Tachán! Dieta total!
Estará igual de buena?
Bss
Jajajajaja ; )
Permíteme que te diga, Rosa, que esta entrada es genial, desde el principio hasta el final. No solo por la pintaza que tiene esa pumkin pie, sino porque está súper bien escrita. Cada vez disfruto más ese «cachito introductorio» que acompaña a las recetas (que también las difruto, con algún que otro kilillo de más 😉 ) ¡Lo estás haciendo genial!
Permíteme que te adore, Cristina ?…
Un abrazo interminable!
mmmmm… que bueno…
Sí, y diferente a otras tartas. El sabor especiado me encanta y la textura casi en plan flan, pero con más miga, es muy ligera (por eso le ponemos nata montada, para remediarlo 😉 ).
Bss
Lo TENGO que probar, me has convencido….:)
Estoy lista para preparar y saborear tus recetas.
Así me gusta! Gracias por tu confianza, Alma 😀
Bss