Es difícil encontrar algo más fácil de hacer que este Banana Bread. Más o menos igual de complicado es resistirse a su sabor suave pero inconfundible y a su textura jugosa y húmeda. Ésta es una de esas recetas de aprovechamiento por la que desearemos que se nos pongan feos los plátanos o bananas que compramos y nunca nos parecerá que el tiempo pasa lo suficientemente rápido; miras y miras la fruta y nada, no madura. ¿Será posible? ¡Si siempre se ponen marrones a la mínima! Ten en cuenta que si están muy verdes pueden requerir de tres a cuatro semanas para madurar completamente.
Pero no desesperamos nunca, pues has de saber que puedes acelerar ese proceso de maduración con un sencillo truquillo popular: introduce esas bananas (o plátanos) verdes en una bolsa de plástico o papel bien cerrada junto con una o dos manzanas. El etileno que liberan las frutas durante la maduración se concentrará dentro de la bolsa acelerando este proceso. En 24 horas puedes tener tus bananas o plátanos listos para utilizar en tu receta (sin manzana tardarían algo más). En mi frutería, generalmente, suelen tener una caja con plátanos muy maduros tirados de precio. Me encanta, porque así ni esperas, ni trucos (ni trucas 😉 ).
A pesar de que hasta aquí me he referido indistintamente a la banana y al plátano, la verdad es que estamos ante dos tipos de fruta que pueden llegar a tener diferencias y utilidades bastante notables. La primera es una fruta que procede del continente americano y que se suele utilizar para cocinar por su gran contenido en féculas. El segundo, en realidad nuestro famoso plátano de Canarias, es una variedad dulce que sirve, por lo general, como postre. La diferencia viene dada por la forma de madurar de una y del otro. Los plátanos convierten sus almidones en azúcares al madurar; las bananas, sin embargo, tras la maduración apenas alcanzan un 6% de azúcar y un 25% de almidón. Además, al madurar los plátanos adquieren una textura blanda y jugosa, con un aroma muy distintivo debido a los diferentes éteres y a la acidez que le confiere la maduración. Las bananas, por su parte, mantienen una textura seca y dura, muy parecida a la patata, por lo que son ideales para freír, cocer o hacer puré*. Además, el aporte calórico es más alto en la banana debido a su contenido ligeramente superior en hidratos de carbono. El plátano, por otro lado, es más rico en potasio y fósforo, aunque posee una menor cantidad de sodio con relación a la banana. En cuanto al aspecto externo, la banana es bastante más grande, de color verde y piel lisa, mientras que la piel del plátano es de color amarillo con sus distintivas manchitas negras.


*Fuente: Directo al Paladar
¿Qué significa todo esto? Pues para empezar que dependiendo de la variedad de fruta por la que te decantes para tus bizcochos, obtendrás más o menos dulzor, más o menos intensidad de sabor (y aroma) y una textura más o menos jugosa. Hoy por hoy es muy fácil encontrar ambos en los mercados, así que tú eliges. O prueba con una y con otro y descubre de primera mano todas esas diferencias y matices. ¡Ya me dirás cómo ha resultado el experimento!
- 3 bananas medianas muy maduras (o plátanos)
- 2 huevos (L)
- 200 g (1 cup) de azúcar blanco (si usas plátanos, reduce el azúcar a 175 g - ¾ cup + 2 cucharadas)
- 120 ml (½ cup) de aceite de oliva suave
- 120 ml (½ cup) de buttermilk
- 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
- 260 g (2 cups) de harina de trigo floja
- 1 cucharadita de canela de Ceilán molida
- 1 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
- ½ cucharadita de bicarbonato sódico
- ¼ cucharadita de sal
- 60 g (½ cup) de nueces trituradas
- Precalentamos el horno (eléctrico) a 175ºC.
- Engrasamos un molde rectangular para loaves de unos 27 x 11 cm (aprox.) y reservamos.
- Pelamos las bananas (o los plátanos) y trituramos la pulpa (podemos usar un tenedor). Reservamos.
- En un cuenco mediano, tamizamos juntos los ingredientes secos: harina, canela, levadura química, bicarbonato sódico y sal.
- En el cuenco de nuestra amasadora, equipada con el accesorio de pala (o en un cuenco grande), batimos los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla esponjosa.
- A continuación, añadimos el aceite de oliva suave poco a poco mientras seguimos mezclando, ahora suavemente, hasta obtener una textura suave.
- Sin dejar de remover, incorporamos el buttermilk y el extracto de vainilla hasta que quede todo bien combinado.
- Añadimos ahora la mezcla de ingredientes secos (punto 4) a la de ingredientes húmedos y mezclamos lo justo hasta que todo quede emulsionado.
- Incorporamos el puré de banana (o plátano) y mezclamos hasta combinar.
- Finalmente agregamos las nueces trituradas y mezclamos ya a mano con una espátula de silicona lo justo hasta que queden repartidas por toda la masa (no debemos excedernos a la hora de mezclar este tipo de masas para evitar que se desarrolle el gluten en exceso y queden demasiado densas y pesadas).
- Vertemos la mezcla en el molde sin perder demasiado tiempo (el bicarbonato empieza a actuar en el momento en que entra en contacto con los ácidos de la masa) y alisamos la superficie con una pequeña espátula angulada, asegurándonos de que llega a todos los rincones. Conviene dar unos golpecitos suavemente contra la encimera para eliminar las burbujas de aire que hayan podido quedar en el interior.
- Horneamos 55-60 minutos hasta que haya adquirido un tono dorado intenso (si no queremos que se dore demasiado, también podemos cubrirlo ligeramente con papel de aluminio durante los últimos 20 minutos). Antes de sacarlo del horno, conviene insertar una brocheta o cake tester en el centro para comprobar que está realmente hecho; si sale limpia ya lo podemos sacar, si no, comprobaremos cada 2 minutos hasta que lo haga.
- Dejamos enfriar sobre una rejilla dentro del molde durante 10 minutos. Pasado este tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar por completo sobre la rejilla.
Se conserva bien tapado a temperatura ambiente.
- Si quieres hacer de esta una experiencia realmente intensa, puedes añadirle un puñadito de chips de chocolate (lo haríamos al mismo tiempo que añadimos las nueces).
- Si aguantas varios días sin liquidarlo y ha quedado un poco seco, puedes tostarlo a rebanadas en la tostadora. También está delicioso untado con un poco de mantequilla.
- Día nacional del banana bread: 23 de febrero.
NOTA: Receta e imágenes ligeramente editadas (junio, 2022).