Estoy más que emocionada hoy, pues os traigo una receta de esas que difícilmente pasan desapercibidas. Y algo más... Que esta Pavlova de chocolate os va a enamorar perdidamente es casi una apuesta segura.
Sí, ya sé que estos últimos días estamos invadidos por un incesante aluvión de imágenes y alusiones a San Valentín por todas partes, especialmente aquí, en la red.
Hay vida después de las vacaciones de verano. Y no tiene por qué ser más dura de lo estrictamente necesario. Así que aquí estoy hoy con mi pequeño homenaje a modo de resarcimiento.
Qué ganas tenía ya de volver por aquí. En realidad, pese a que en ese otro lado no me vierais, no me he ido en ningún momento;
¿Alguna vez os han o habéis traído de Escocia (o de algún aeropuerto) una de esas cajitas con el típico diseño de cuadros escoceses llenas de unas pastas irresistibles?
"It is a truth universally acknowledged, that a single man in possession of a good fortune must be in want of a wife..." Uno puede o no compartir semejante afirmación, pero así fue como todo esto empezó. O al menos, es el pie que da paso a esta, cómo llamarla, andadura en mi Pemberley particular.
¡Por fin llega esta receta! Si no la he hecho antes no ha sido porque sea dificultosa o costosa; la verdad era que le tenía cierto respeto.