¡Por fin llega esta receta! Si no la he hecho antes no ha sido porque sea dificultosa o costosa; la verdad era que le tenía cierto respeto. Os cuento. Cada vez que he probado un scone durante las distintas temporadas que he vivido en el Reino Unido, y más particularmente en Escocia (de donde realmente proceden), he pensado que aquello era la perfección hecha panecillo. En mi completa ignorancia, creía que algo tan extraordinario no podía estar al alcance de las manos de los simples mortales. Así que nunca lo intenté; ni siquiera me planteé intentarlo. Error. ¡Qué desperdicio todos estos años!

Classic Scones

La verdad es que en repostería hay pocas cosas más fáciles de hacer y que lleven menos tiempo. En fin, que ha llegado el día de la madre y la excusa ha sido más que suficiente para «autoconsentirme» con este delicioso bocado.

Classic Scones with Jam and Clotted Cream

Típicamente redondos, también se suelen encontrar con forma triangular o cuadrados y más planos. Se trata de un alimento muy común en desayunos y meriendas, tanto en su país de origen como en Irlanda, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Son uno de los ingredientes primordiales y más codiciados del famoso afternoon tea. La tradición los suele servir templados y abiertos por la mitad, acompañados con mermelada (habitualmente de fresa, pero no necesariamente) y clotted cream. Y como la receta de hoy es breve, voy a permitirme extenderme un poco más con su introducción (otra «autoindulgencia»). Si lo que prefieres es ir directamente a la receta, puedes saltarte los siguientes dos párrafos (siempre podrás volver para descubrir más cosas sobre esta tradición).

Aternoon Tea Scones

Pero, ¿qué es el afternoon tea exactamente? Cuando hablamos de afternoon tea, obviamente hablamos de té, pero también de toda la parafernalia que lo envuelve; hablamos pues de ciertos rituales, hablamos de encajes, hablamos de delicados canapés, de reuniones informales (pero sin perder un ápice de toda su formalidad)… Según se cree, tiene su origen a mediados de 1800. La introducción de las lámparas de queroseno supuso toda una revolución en las costumbres y hábitos del momento. En las familias más acomodadas (las que podían permitírselas), propició que empezara a ponerse de moda posponer la hora de la cena (llegando hasta las ocho o incluso las nueve de la tarde!). Tradicionalmente, hasta el momento sólo se habían hecho dos comidas al día: una a media mañana tipo desayuno-almuerzo (brunch) y otra a media tarde (dinner, también llamada tea). Cuenta la leyenda que la duquesa de Bedford sentía un deseo irreprimible de tomar algo «entre horas» y un día decidió que no iba a esperar más hasta la cena. Así que invitó a unos amigos a casa a tomar el té (bebida ya muy de moda por aquel entonces) y lo sirvió acompañado de unos tentempiés. La idea de reunirse para tomar el té de la tarde se extendió entre los círculos de la alta sociedad y se convirtió en el pasatiempo preferido principalmente entre las damas de la época. Más tarde, traspasó las capas más elitistas de la sociedad y llegó hasta otros grupos socioeconómicos. La versión más sencilla del afternoon tea era el conocido cream tea, que consistía en té con leche, scones y la ya mencionada clotted cream. Pero había otras: si se acompañaba con fresas, se convertía en strawberry tea; si se optaba por los dulces, entonces teníamos light tea; si a este último se le añadían además canapés salados (como pequeños sandwiches), recibía el nombre de full tea, que es el que la mayoría tenemos en mente cuando pensamos en el afternoon tea. Algunos hoteles y salones de té ofrecían sus propias variaciones, como el champagne tea (este no necesita explicación) o teddy bear tea (adaptado para los más pequeños, donde se incluyen además algunos juguetes y peluches).

Classic Scones {Scones Clásicos}

Al afternoon tea se le conoce además como «low tea», en contraposición con el también famoso «high tea». Sin embargo, estos términos no hacen referencia a la magnitud del evento, sino a la forma en que cada uno se toma y, por lo tanto, a los alimentos que incluyen. En el caso del low tea (del que ya hemos visto su composición), tradicionalmente se empleaba una mesita auxiliar o de café (low table, de ahí su nombre) y se tomaba a primera hora de la tarde. Por high tea en realidad (y al contrario de lo que se pueda pensar) nos referimos a la típica cena que se servía en los hogares de las familias de la clase trabajadora después de la jornada laboral (poco después de las cinco) y que suponía un menú completo de varios platos servido en la mesa habitual de las comidas (high table, de donde toma su nombre realmente). Esta comida incluía platos de carne (filete o kidney pie), de pescado (como pickled salmon), algo de bollería (como crumpets o barm brack en Irlanda), verduras (potato and onion cakes) y otros platos, como las archiconocidas baked beans (judías estofadas) y gratinados. High tea, por tanto, hace referencia a lo que conocemos como una cena propiamente dicha más que a un evento social, como en el caso del afternoon or low tea.

Espero que os haya gustado tanto como seguro lo harán los scones. ¡Feliz día, Mamás!

Classic Scones { Scones Clásicos }
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Scones & Biscuits
Origen: British
Raciones: 8-10
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)

  • 260 g (2 cups) de harina leudante o bizcochona - self-raising flour (más harina extra para amasar)
  • ½ cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • ¼ cucharadita de bicarbonato sódico
  • ¼ cucharadita de sal
  • 85 g (6 cucharadas) de mantequilla fría cortada en dados pequeños
  • 1 cucharadita de ralladura de limón (sólo la piel; cuidado de no llegar a la parte blanca)
  • 3 cucharadas de azúcar superfino (caster sugar)
  • 125 ml (½ cup) de leche semidesnatada (más leche extra para "pintar")
  • 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
  • Mermelada de fresa y clotted cream para acompañar (en su defecto, puedes usar nata montada, crème fraîche o incluso mantequilla)
Elaboración
  1. Precalentamos el horno (eléctrico y sin aire) a 220ºC con calor arriba y abajo.
  2. Con unas varillas, mezclamos bien la harina, la levadura química, el bicarbonato sódico y la sal en un cuenco grande.
  3. Añadimos la mantequilla y combinamos con los dedos o con la ayuda de un pastry blender. Deben quedar restos visibles de mantequilla; de esa manera nuestros scones tendrán esa textura hojaldrada por la que tan bien se les conoce.
  4. Añadimos la ralladura de limón al azúcar y mezclamos con los dedos para que la piel del limón libere sus aceites y quede el azúcar humedecido.
  5. Templamos la leche (no debe estar caliente) y le añadimos el extracto de vainilla y el azúcar con la ralladura de limón. Mezclamos hasta que el azúcar se haya disuelto y reservamos.
  6. Cubrimos la bandeja de horno con papel de hornear y la colocamos en el horno a media altura.
  7. Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos que teníamos reservados (harina, levadura, bicarbonato y sal) y añadimos la leche con el extracto de vainilla, el azúcar y la ralladura de limón. Combinamos con una espátula de silicona empleando movimientos envolventes sólo lo justo como para que todo quede integrado. Hemos de obtener una masa más o menos compacta y algo pegajosa.
  8. Espolvoreamos la superficie sobre la que vamos a trabajar con un poco de harina. Colocamos la masa, la enharinamos ligeramente y también nuestras manos. Sin amasarla en exceso, la moldeamos con la palma de la mano y la "plegamos" 3 o 4 veces como si estuviéramos doblando una hoja de papel. Irá quedando cada vez más suave y manejable.
  9. Con la palma de la mano la vamos aplanando hasta que tenga unos 2 cm de grosor.
  10. Con un cortapastas redondo de unos 5-7 cm (2"-3") Ø, también enharinado, cortamos todos los scones que podamos (procuraremos cortarlos bien juntitos para que salga la mayor cantidad posible). MUY IMPORTANTE: Al presionar el cortapastas contra la masa nunca debemos girarlo, pues de esa forma se rompen las capas de masa que le dan la imprescindible textura hojaldrada por la que son famosos estos panecillos.
  11. Reagrupamos los restos de masa y repetimos el proceso desde el punto 8 hasta quedarnos sin masa (siempre tratando de manipular la masa lo menos posible).
  12. Con la ayuda de un pincel de silicona, pintamos la superficie de nuestros scones con la leche y los transferimos a la bandeja caliente del horno. Dejaremos una separación entre ellos de unos 3-4 cm.
  13. Horneamos durante 10 minutos aproximadamente o hasta que hayan subido lo suficiente y la parte superior se haya dorado.

    Los scones se pueden comer o bien calientes o a temperatura ambiente, pero preferiblemente el mismo día en que se han hecho. Los abrimos por la mitad y los acompañamos con la mermelada de nuestra elección y una cucharada generosa de clotted cream.

    Firma Rosa M Lillo

Notas
- Una vez fríos se pueden congelar. Para descongelarlos los podemos introducir directamente en el horno (eléctrico) a 160ºC durante unos minutos.
- También se pueden congelar crudos, justo antes de meterlos en el horno. Cuando vayamos a consumirlos, los hornearemos directamente, sin descongelar, alargando el tiempo de horneado 5 minutos o hasta que hayan crecido lo suficiente y estén dorados por encima.
- Si no quieres usar nata montada pero no encuentras clotted cream, tienes otras alternativas. No puede ser más sencillo hacerla en casa (aunque has de dar primero con nata sin pasteurizar, y eso es más complicado). Eso sí, hay que planificar con tiempo. Si ésa tampoco es opción, en ese mismo enlace encontrarás las pistas para elaborar un sucedáneo muy interesante.
- Ésta es la receta de los scones clásicos, pero también puedes hacerlos más emocionantes añadiéndoles algunos ingredientes de tu elección (como pasas, arándanos deshidratados... incluso aceitunas o chips de chocolate!) en el momento en que añadas la leche. Con un puñadito será suficiente.
- Ni que decir tiene que si queremos convertir nuestros Classic Scones en Buttermilk Scones -nada más rico- sólo hemos de sustituir la leche por buttermilk. Así de sencillo.
- Día nacional del scone: 30 de mayo.

Receta adaptada de los Classic Scones de BBC Good Food

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