Esta nueva entrega no podría empezar mejor. Y es que estoy entusiasmada ante la perspectiva de poder desmenuzar una nueva historia culinaria en torno a un venerado postre ancestral que ha vencido con gallardía el desafío del paso del tiempo...
Esta vez, y para cambiar un poco las tornas, os presento una receta de lo más autóctona. Se trata de la tradicional coca boba que, como su nombre ya sugiere, es facilísima de hacer...
Quien bien me conoce, sabe que no cabe ni preguntar si estoy disponible para asistir a un espléndido afternoon tea. Lo mismo me sucede a la hora de prepararlo...
Desde el mismo instante en que le puse la vista encima al primer cheesecake japonés que se cruzó en mi camino, supe que tendría que vivir esa experiencia de primera mano.
Lo creáis o no, en casa no suele haber tarta más que en contadas ocasiones, y éstas no siempre han de coincidir necesariamente con celebraciones señaladas.
Es prácticamente imperdonable, del todo incomprensible, que a estas alturas aún no hubiera publicado en el blog la receta de la mítica Hummingbird Cake (literalmente "tarta colibrí", que si no la conocéis os juro por mi honor que no incluye pajarillos ni ave alguna entre sus ingredientes).
Salvo en ocasiones especiales, es generalmente cierto que no nos apetece complicarnos demasiado la vida para llegar a disfrutar de un buen dulce casero, pero no por eso queremos renunciar a todo el sabor, la ternura y la esponjosidad de un verdadero bizcocho como es debido....