Hummingbird Cake {Tarta colibrí}

Es prácticamente imperdonable, del todo incomprensible, que a estas alturas aún no hubiera publicado en el blog la receta de la mítica Hummingbird Cake (literalmente «tarta colibrí», que si no la conocéis os juro por mi honor que no incluye pajarillos ni ave alguna entre sus ingredientes). Así las cosas, ¿a qué viene semejante extravagancia pues? Siento adelantaros que, una vez más, no parece que se haya alcanzado un consenso medianamente fiable, pero una receta con orígenes misteriosos y exótico nombre estaba más que predestinada a morar felizmente entre estas páginas.

Hummingbird Cake (Tarta Colibrí)

Y como lo primero es lo primero, abordemos lo que sí sabemos. Se trata esta de una tarta cuyos ingredientes destacados son principalmente el plátano (banana en su receta original), la piña y una buena dosis de nueces (pecanas, si nos ceñimos al guión). Para terminar de darle forma (y una alegría a muchos paladares), finalmente se recubre con un indulgente glaseado de queso cremoso (cream cheese frosting). Es decir, una señora tarta bien ataviada de pies a cabeza. Bien, la cosa desde luego promete, pero hasta aquí nada nos indica aún el por qué de su nombre. Veamos qué nos cuentan por ahí…

Pese a que estamos ante la que hoy por hoy es todo un clásico ya de la cocina sureña estadounidense, lo cierto es que los orígenes de esta icónica tarta nos llevan hasta la exuberante isla de Jamaica. Según su árbol genealógico, desciende de la tradicional y autóctona Doctor Bird Cake jamaicana —a saber, la especie de pájaro conocido como doctor bird (de la familia de los colibrís) es el símbolo nacional de la isla. Según cuenta la leyenda, la relación entre dicha ave y nuestra tarta se debe a que su exquisitez es tal que atrae irremediablemente hasta a los colibrís (no lo he podido evitar, mi mente se ha puesto a reproducir en modo aleatorio un rocambolesco musical combinado de Cenicienta, Blancanieves y demás colegas de profesión). Llamadme descreída, pero estoy casi segura de no haber visto nunca —tristemente— pajarillos acudir revoloteando alrededor de ninguna de las tartas que haya hecho hasta la fecha; otras especies de revoloteadores sí, pero pájaros (y menos aún colibrís), diría yo que no…

En fin… En relación a la explicación anterior, aunque en un plano más metafórico, los hay también que sostienen que tan pronto como una hummingbird cake hace su aparición en escena, el personal se arremolina a su alrededor como si de una bandada de colibrís se tratara. Otros argumentos  más pragmáticos o simplistas lo reducen a que su nombre realmente se debe a la considerable profusión de ¡hummms! que se suceden interminablemente tras probarla (esto sí lo puedo atestiguar).

El hecho de que la receta diera un salto al continente y llegara a hacerse su propio nombre y convertirse en todo un símbolo entre las más representativas del lugar parece ser que se debió puramente a una estrategia de marketing. Al poco tiempo de fundarse la compañía aérea Air Jamaica en 1968, con la imagen del popular doctor bird como logo, el Patronato de Turismo de Jamaica, con el fin de atraer a los visitantes del continente hacia la isla, se dedicó a difundir folletos turísticos que incluían varias recetas de los platos locales, una de las cuales, imaginaréis, era la Doctor Bird Cake toda tropicalmente ilustrada con imágenes de bananas y piñas por doquier.

Aun así, no es inusual encontrar referencias a esta hummingbird cake en las que se emplean otros sobrenombres, como Granny Cake (tarta de la abuelita) o incluso —y éste me encanta— Don’t Last Cake (la tarta que no dura). Creedme, ¡totalmente merecido!

Pese a todo ese bombo y platillo que la precede, su elaboración y su éxito no encierran ningún misterio. El resultado es siempre sorprendente sin necesidad de echar mano de ancestrales artes culinarias. El plátano y la piña, junto con el aceite vegetal con que se elabora, le confieren una jugosidad sin igual; no se necesitan más que un par de buenos cuencos para mezclar sus ingredientes y media horita de horno. Eso sí, se trata de una tarta más bien saciante, así que más que como postre, es el acompañamiento ideal para una dilatada taza de café o de té a media tarde o incluso el broche de oro perfecto de cualquier celebración que se tercie.

Hummingbird Cake (Tarta Colibrí)

Hummingbird Cake (Tarta Colibrí)

Hummingbird Cake (Tarta Colibrí)

Hummingbird Cake (Tarta Colibrí)

Fuentes: Southern Living, King Arthur Flour Flourish, A Brief History of Food, et al.

Hummingbird Cake {Tarta colibrí}
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Layer Cakes
Origen: American
Raciones: 12-14 raciones
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el bizcocho:
  • 120 g (1 cup) de nueces pecanas, troceadas
  • 360 g (2 ¾ cups) de harina de trigo de uso común
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 cucharadita de canela de Ceilán molida
  • ½ cucharadita de sal
  • 3 huevos (L)
  • 165 g (¾ cup) de azúcar moreno (light brown sugar)
  • 150 g (¾ cup) de azúcar blanco
  • 180 ml (¾ cup) de aceite de girasol o de oliva suave (según preferencia personal)
  • 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
  • 235 - 250 g aprox. de plátanos o bananas bien maduros, triturados (unos 3 plátanos medianos)
  • 155 - 175 g aprox. de piña en almíbar*, cortada en trocitos (unas 4 rodajas)
Para el frosting de queso crema:
  • 115 g (½ cup) de mantequilla sin sal
  • 225 g (8 oz) de queso cremoso (tipo Philadelphia), directamente del frigorífico
  • 400 - 450 g (3 ½ - 4 cups) de azúcar glas
  • 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
Elaboración
Del bizcocho:
  1. Precalentemos el horno (eléctrico y sin aire) a 150°C (300ºF) y colocamos la rejilla del horno en la posición central.
  2. Colocamos las nueces troceadas en una fuente apta para el horno lo suficientemente amplia como para que no queden amontonadas y horneamos durante unos 8-10 minutos. Retiramos y reservamos.
  3. Seguidamente, aumentamos la temperatura del horno a 180ºC (350°F).
  4. Engrasamos entonces 3 moldes redondos para tartas de 18 cm (7 inches) ø, recubrimos la base con papel vegetal de hornear y volvemos a engrasar sobre el papel con la ayuda de un pincel de repostería.
  5. En un cuenco amplio tamizamos juntos la harina, el bicarbonato, la canela y la sal y combinamos con unas varillas hasta combinar bien todos los ingredientes. Reservamos.
  6. En otro cuenco grande aparte, batimos enérgicamente los huevos junto con ambos tipos de azúcar con unas varillas (a mano o con la ayuda de una batidora o una amasadora eléctrica, equipada con el accesorio de varillas) durante unos 3-5 minutos hasta conseguir una mezcla esponjosa y densa y visiblemente más pálida.
  7. Seguidamente, incorporamos el aceite a la mezcla anterior de manera gradual en un hilillo sin dejar de remover, mezclando ahora ya con más suavidad hasta integrar por completo.
  8. Finalmente, añadimos el extracto de vainilla y mezclamos hasta obtener una mezcla uniforme.
  9. A continuación, hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos que teníamos reservados (punto 5), agregamos la mezcla anterior de ingredientes húmedos y mezclamos suavemente con ayuda de una espátula de silicona o cuchara de madera empleando siempre movimientos envolventes hasta que quede todo más o menos integrado.
  10. Para terminar, añadimos el puré de plátano, la piña troceada y las nueces tostadas y mezclamos de nuevo con suavidad hasta que quede todo repartido de manera uniforme.
  11. Dividimos entonces la mezcla por igual entre los 3 moldes. A continuación, golpeamos muy suavemente la base de cada molde contra la superficie de trabajo con el fin de que se termine de asentar correctamente la masa y eliminar así las posibles burbujas de aire de su interior. si fuera necesario, alisamos la superficie con ayuda de una pequeña espátula angulada o el reverso de una cuchara.
  12. Horneamos durante unos 25-30 minutos o hasta que al insertar una brocheta o cake tester en el centro ésta salga limpia de migas.
  13. Retiramos del horno y dejamos enfriar dentro de los moldes durante 10 minutos. Pasado este tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla enfriadora por completo. Una vez fríos, los envolvemos en film transparente y refrigeramos al menos durante 2 horas (o incluso mejor, durante toda la noche).
Del frosting de queso cremoso:
  1. Tamizamos el azúcar glas y reservamos.
  2. En el cuenco de nuestra amasadora, equipada con el accesorio de pala, (o en un cuenco grande), batimos inicialmente a velocidad baja la mantequilla junto con el azúcar glas tamizado (empezaremos incorporando la mitad del azúcar e iremos añadiendo el resto hasta alcanzar el punto dulce que nos gusta en los frostings). Una vez se empiecen a integrar ambos ingredientes, incrementamos la velocidad y seguimos batiendo durante unos 3-4 minutos hasta obtener una mezcla suave y visiblemente más pálida.
  3. A continuación, agregamos el queso cremoso y seguimos batiendo a la misma velocidad justo hasta lograr una textura suave y homogénea. No conviene excederse en este punto, pues de lo contrario adquirirá una textura demasiado fluida y ligeramente arenosa, que ya no podríamos rectificar.
  4. Por último, añadimos el extracto de vainilla y mezclamos lo justo hasta incorporar por completo. (Si el frosting quedara demasiado fluido, podemos añadir más azúcar glas hasta conseguir la consistencia deseada. Si quedara, por el contrario, demasiado denso, podemos aligerarlo con un poco de leche, que iríamos agregando cucharadita a cucharadita.)
  5. Al igual que hicimos con los bizcochos, cubrimos con film transparente y refrigeramos al menos durante 2 horas (o toda la noche).
Montaje de la tarta:
  1. Con un cuchillo de sierra largo o una lira recortamos la parte superior de los bizcochos para igualarlos y nivelar las superficies. Con la ayuda de un pincel de repostería limpiamos los bizcochos suavemente de las posibles migas sueltas que hayan podido quedar.
  2. Seguidamente, aplicamos una pequeña cantidad de frosting sobre la base sobre la que vamos a montar nuestra tarta para asegurarnos de que no se nos mueva mientras trabajamos (si contamos con una base giratoria para tartas, en esta ocasión puede sernos de gran utilidad).
  3. Colocamos el primer bizcocho sobre la base y dejamos caer en el centro 2-3 cucharadas bien colmadas de frosting (yo he usado una cucharada mediana de helado para mayor precisión y comodidad) y con una espátula pequeña (también sirve el reverso de una cuchara) lo extendemos en espiral hacia los bordes y alisamos la superficie.
  4. Colocamos entonces el segundo bizcocho bien centrado sobre el anterior, cubrimos igualmente con la misma cantidad de frosting y volvemos a extender.
  5. Finalizamos colocando el último bizcocho, siempre asegurándonos de que queda bien centrado y alineado con los demás, que cubriremos igualmente con una nueva capa de frosting.
  6. Aplicamos algo más de frosting sobre los laterales de la tarta (no demasiado, queremos que parte delos bizcochos quede visible) y alisamos ligeramente; no es necesario que logremos un acabado perfectamente liso, más bien buscamos un aspecto algo rústico**.
  7. Una vez montada nuestra hummingbird cake, la refrigeramos de nuevo unos 30 minutos antes de servir para que el frosting se asiente bien y adquiera de nuevo más firmeza. Como toque final podemos añadir unas cuantas nueces extra, enteras o ligeramente troceadas, sobre la superficie de nuestra tarta o unas flores comestibles (como he hecho yo esta vez).

    Se conserva durante 3-4 días bien cubierta y refrigerada. Dejaremos que se aclimate fuera del frigorífico unos minutos antes de servir.
    Firma Rosa M Lillo
Notas
- *Hay recetas que incluyen todo el jugo de la piña en almíbar; otras nada. Yo suelo conservar un par de cucharadas o tres del almíbar para darle más jugosidad pero que siga manteniendo una buena consistencia, sobre todo a la hora de montarla.
- **No sobrará demasiado frosting, pero el suficiente como para cubrir por completo los laterales de la tarta si preferimos un acabado más convencional.
- Además de las nueces (o las flores), el coco rallado es también una opción muy popular como toque final a la hora de decorar esta tarta.

 

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