Phoskitos caseros {Chocolate & Cream Rolls}

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Hay vida después de las vacaciones de verano. Y no tiene por qué ser más dura de lo estrictamente necesario. Así que aquí estoy hoy con mi pequeño homenaje a modo de resarcimiento. Hay pocas cosas que nos transporten tanto a las meriendas de nuestra infancia como los Phoskitos®, gastronómicamente hablando. Es verdad que los había más de otros bizcochillos, como las ‘Panteras Rosas’, los ‘Trigretones’… Pero es innegable que los primeros eran toda una fiesta cuando caían en nuestra manos; manos que acaban llenas de chocolate que nos relamíamos hasta la hora de la cena! Claro está que los Phoskitos caseros, como tantas y tantas cosas, nunca serán una réplica exacta de los industriales, pero ahí reside su encanto y su virtud.

Chocolate and Cream Rolls

No sé si os ha pasado alguna vez que os habéis encontrado con que a algunos niños (y otros no tanto), al probar la versión casera de algún producto consumido habitualmente en su formato industrial, se les queda una cara como de extrañeza, hasta el punto de apartar y descartar algo que con gusto se habrían zampado sin pensarlo dos veces de haber venido envasado en un envoltorio de lo más vistoso y con unas letras fácilmente reconocibles por todos. A mí sí, e inicialmente no salgo de mi asombro. Además de la presentación, el sabor nunca es exactamente el mismo, por no hablar de las texturas. Los productos industriales tienen un acabado perfecto —al fin y al cabo, los elaboran por cientos y en cuestión de minutos máquinas de lo más sofisticado—, y su sabor es una auténtica fiesta para nuestras papilas más perversas.

Sin embargo, después de reconsiderar la escena un poco más, identifico perfectamente la sensación. Además de que nunca he sido principalmente golosa, de pequeña tampoco era, lo que se dice, la niña mejor ‘comiente’ del lugar. Podía pasar el día a base de patatas fritas y yogur. Ha sido con el tiempo que he ido aprendiendo a disfrutar de casi todo tipo de alimentos y a interesarme por sabores nuevos. Y a apreciar la buena comida de verdad. Así que no temáis, no me voy a poner en plan ‘¡qué mal se come ahora!’. Ese tipo de afirmaciones, por lo general, no suelen tener mucho fundamento; todo es cuestión de quiénes somos en el momento en que nos ponemos a mirar.

Chocolate and Cream Rolls

Aun así, independientemente de la nota nostálgica, he de confesar que, desde hace ya un tiempo, mucho antes de que comenzara con el blog, me cuesta mucho comprar bollería industrial. Aunque algunos de los productos más populares son casi una hazaña intentar reproducirlos en casa, otros son tan sencillos que merece la pena intentarlo de todas todas. Y estos Phoskitos caseros son un claro ejemplo; con un puñado de ingredientes, que fácilmente tendremos por casa de forma habitual —harina, huevos, azúcar y chocolate—, y poco más de una hora, incluyendo tiempos de espera (vamos, lo que dura un capítulo de nuestra serie favorita), podemos disfrutar de un bocado delicioso, libre de ingredientes innecesarios para nuestra salud. Y tampoco los vamos a estar haciendo a diario, así que no hay más que ponerse manos a la obra…

¿Quién se anima?

Phoskitos caseros {Chocolate & Cream Rolls}
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Rolls & Buns
Origen: Spanish
Raciones: 12
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el bizcocho:
  • 4 huevos (L)*
  • 125 g (½ cup + 2 cucharadas) de azúcar blanco
  • 125 g (? 1 cup) de harina de trigo floja
  • ¼ cucharadita de sal
Para el relleno:
Para la cobertura de chocolate:
  • 250 g (8¾ oz) de chocolate de cobertura (negro o con leche, al gusto)
  • 25 g (? 1 oz) de manteca de cacao**
Elaboración
Del bizcocho:
  1. Precalentamos el horno (eléctrico) a 170ºC.
  2. Cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal para hornear y reservamos.
  3. Separamos las claras y las yemas. Este paso es más fácil si lo hacemos con los huevos aún fríos, pero habremos de esperar que se aclimaten a temperatura ambiente antes de trabajar con ellos.
  4. En un cuenco grande, batimos las yemas enérgicamente junto con la mitad del azúcar hasta que adquieran una textura esponjosa, aumenten de volumen y hayan aclarado su color. Reservamos.
  5. En otro cuenco grande, montamos las claras con unas varillas. Cuando hayan empezado a espumar, vamos añadiendo la otra mitad del azúcar progresivamente (una cucharada cada vez) y seguimos batiendo hasta que se formen picos suaves.
  6. Seguidamente, añadimos las claras montadas a las yemas en varias tandas, mezclando con suavidad entre una y otra con la ayuda de una espátula.
  7. A continuación, tamizamos directamente la harina y la sal sobre la mezcla anterior y, empleando movimientos envolventes para que las claras no pierdan su volumen, mezclamos hasta integrar completamente.
  8. Vertemos la mezcla en la bandeja de horno que teníamos reservada cubierta con papel vegetal, asegurándonos de que llega a los 4 rincones y queda lo más lisa posible. Podemos usar una espátula, pero si apoyamos la bandeja sobre una superficie lisa y la movemos con suavidad de derecha a izquierda, adelante y atrás unas cuantas veces, el acabado será perfecto.
  9. Una vez lisa, pinchamos las burbujas de aire que hayan podido surgir en la superficie con un palillo.
  10. Introducimos la bandeja en el horno, colocándola a media altura, y horneamos durante unos 15-18 minutos o hasta que la plancha de bizcocho quede totalmente seca.
  11. Retiramos del horno y la volteamos sobre otro pliego de papel vegetal de hornear. Retiramos el papel utilizado durante el horneado con cuidado de no romper el bizcocho y lo enrollamos sobre el nuevo pliego de papel, ajustando, aunque sin apretar, para que coja bien la forma.
  12. Dejamos enfriar por completo enrollado sobre una rejilla.
Del relleno:
  1. Una vez se haya enfriado la plancha de nuestro bizcocho, procedemos a montar la nata junto con el azúcar glass, previamente tamizado, y el extracto de vainilla, batiendo enérgicamente con unas varillas hasta obtener una consistencia densa y untable. Cuidado de no excedernos en este paso o la nata se acabará "cortando" y acabaremos haciendo mantequilla.
  2. Utilizamos de inmediato.
De la cobertura de chocolate:
  1. Introducimos el chocolate troceado y la manteca de cacao en un recipiente resistente al calor y derretimos o bien al microondas o bien al baño María, lo que más cómodo nos resulte.
  2. Removemos hasta combinar por completo. (Si la cobertura hubiera quedado demasiado líquida a la hora de bañar nuestros Phoskitos, la dejaremos templar unos minutos.)
Montaje:
  1. Una vez frío el bizcocho, lo desenrollamos con cuidado de no romperlo y, con la ayuda de una espátula angulada, extendemos una fina capa del relleno de crema recién hecho.
  2. Volvemos a enrollarlo del mismo modo que la primera vez (en esta ocasión, ya sin el papel); ajustando bien, pero sin apretar en exceso.
  3. Cubrimos de nuevo con papel vegetal y refrigeramos durante una hora.
  4. Pasado este tiempo, procedemos a cortar las porciones que serán nuestros Phoskitos. Empezamos recortando los extremos para igualar el corte y seguimos cortando rodajas de unos 2 cm aprox. con un cuchillo de sierra bien afilado.
  5. Colocamos las espirales de bizcocho y crema sobre una rejilla y las vamos bañando con la cobertura de chocolate. Es aconsejable colocar un plato o fuente debajo para recoger el excedente de chocolate que vaya cayendo; lo necesitaremos.
  6. Refrigeramos hasta que el chocolate se haya endurecido por completo (si no hace mucho calor, podemos dejar que se endurezca a temperatura ambiente) antes de servir.

    Conservar refrigerados (sobre todo en caso de altas temperaturas) y bien cubiertos. Consumir antes de 3 días.

    Firma Rosa M Lillo

Notas
- *Si necesitas aumentar o reducir la receta, ten en cuenta que tanto el peso de la harina como el del azúcar será igual a la mitad del peso de los huevos utilizados.
- **En caso de no disponer de manteca de cacao, puedes sustituirla por unos 50-55 g (¼ cup) de mantequilla sin sal y 60 ml (¼ cup) de agua, aunque la textura final variará ligeramente.
- Es muy importante que el bizcocho se enfríe enrollado, de lo contrario se quebraría al intentar enrollarlo en frío.
- No se te ocurra desechar los recortes de los extremos; dan justo la energía que necesitas para bañar tus Phoskitos sin caer en la tentación...

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