No puedo creer la de tiempo que ha pasado desde mi anterior publicación de galletas en el blog. Reconozco que el chocolate tampoco es que haya sido un habitual entre las recetas de los últimos años. Y no me lo explico...
Como aquí no queremos que la sola idea de tener que encender el horno — con temperaturas de 40ºC a la sombra — disuada a nadie de disfrutar de aquello que más le atrae de la cocina, ya sea la preparación de ricas recetas o su degustación...
Ya estamos de vuelta y no puedo más que daros la bienvenida una vez más a todos los que no habéis desistido de acompañarme en estas andanzas mías tras el ya terminado (siempre acaba terminando más bien antes que después) descanso estival...
Estoy más que emocionada hoy, pues os traigo una receta de esas que difícilmente pasan desapercibidas. Y algo más... Que esta Pavlova de chocolate os va a enamorar perdidamente es casi una apuesta segura.
La receta de hoy se presenta prácticamente sola. Un bizcocho de chocolate, así sin más, la definición misma de la sencillez, sin una pizca de harina (ni gluten). ¿He dicho chocolate? Quiero decir, muuuuuucho chocolate. Y del bueno...
A veces no es necesario conformarse. No. Otras sí. La buena noticia es que ésta no es una de esas últimas... En esta ocasión, nos quedamos con todo el lote. No es de extrañar que a menudo nos veamos en la tesitura de tener que elegir entre dos de nuestras más inconfesables debilidades, y claro, nos invade la duda, o incluso el arrepentimiento...
Confieso que llevaba varios años dándole vueltas a la idea de hacer (o más bien, intentar hacer) mi propio panettone casero. Llegadas estas fechas...