Siempre que se presenta, me parece una buena ocasión volver sobre la cuestión de lo que hace que un muffin sea un muffin, un cupcake un cupcake y una magdalena, precisamente eso, una magdalena. Y aunque haya similitudes evidentes entre sí...
O quizás debería haber dicho "Berlinas rellenas de gloria". Me paro a pensar más detenidamente y me da la impresión de que han pasado eones desde la última vez que probé una berlina. Muy probablemente, era tan sólo una niña y a duras penas valoraba esas cosas. Estaban ricas, sí, pero esa era su misión, así que tenían sus cinco minutos escasos de fama y poco más. Andaba una en otras cosas...
Hay vida después de las vacaciones de verano. Y no tiene por qué ser más dura de lo estrictamente necesario. Así que aquí estoy hoy con mi pequeño homenaje a modo de resarcimiento.
Qué ganas tenía ya de volver por aquí. En realidad, pese a que en ese otro lado no me vierais, no me he ido en ningún momento;
Todo el mundo sabe qué es un donut (o doughnut, ¿qué difícil, no?). Los venden en todas partes y a todas horas, pero ¿hacerlos en casa?