Desde que descubrí esta por lo general desconocida hortaliza (o fruta para algunos), es ver ruibarbo en la frutería —no precisamente el chico más popular del lugar— y no poder resistirme a comprarlo y preparar algo con él...
Llevaba ya ni recuerdo cuánto tiempo queriendo probar a preparar alguna receta con ruibarbo. Si os soy sincera, la idea iba y venía, pues jamás vi ni rastro de esta hortaliza —o fruta, según a quién le preguntes—, así que pasaba el tiempo y el ruibarbo quedaba relegado a un rincón en desuso de mi memoria.
Sabía que esto iba a pasar. Lo intuía. Es llegar el fresquito y empezar a preparar recetas con chocolate, todo uno.
Mucho y muy variado se ha hablado sobre este humilde plato de origen anglo-irlandés: el Cottage Pie (algo así como «pastel campestre» en español), uno de esos sabores tradicional e indiscutiblemente anglosajón.
A pesar de haber dicho en posts anteriores que no estaba muy «calabacera» este año, todos sabemos perfectamente que era sólo cuestión de tiempo que, antes o después, acabara cayendo alguna receta con esta hortaliza tan popular en estos tiempos.
En ocasiones, nos encontramos con que algunas de las recetas que nos disponemos a elaborar, incluyen como ingrediente clave el puré de calabaza.
Sí, lo sé, vaya título para unos muffins. Pero es que se trata de una receta muy especial; estos muffins integrales de calabaza que os traigo hoy son mi primera aventura repostera sin azúcar (y después del escándalo de tarta de la receta anterior había que expiar tanto exceso…).