Croque Monsieur {et Croque Madame}

No es la primera vez que os cuento lo que me gusta a mí un desayuno bien nutrido de cosas ricas. Es, con diferencia, la comida que más disfruto del día y, aunque muy a mi pesar no es habitual empezar de esta guisa a diario —pese a lo que se pueda llegar a imaginar al otro lado de la pantalla—, en cuanto la mañana comienza con algo de holgura y buen ánimo (como suele ser el caso en vacaciones o fines de semana), no puedo más que estrenar ese nuevo acontecimiento celebrándolo de la mejor manera que se me ocurre. Es decir, con un desayuno-festín que, por inusual que sea, no deja de ser casi tan sencillo como preparar un buen café. Y hoy le ha tocado el turno a este tremendísimo sandwich conocido como croque monsieur, invento que lleva haciendo las delicias de los amantes del desayuno desde hace ya más de un siglo, convertido ya en toda una institución.

Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

Tal y como ya nos avanza su nombre, el mencionado sandwich es de origen francés y, como tantos otros primores culinarios, sus bondades no podían quedar circunscritas a sus fronteras. Si bien es cierto que cuando oímos hablar de la cocina francesa es común asociarla a platos elaborados que implican, además, cierta dosis de sofisticación, existe, sin embargo, toda otra serie de platos, algunos más reconocibles (las famosas omelettes o tortillas, las crêpes, las quiches, etc.), otros quizás no tanto, que son realmente de lo más sencillos y asequibles y, desde luego, una absoluta delicia para nuestros paladares. Sin lugar a dudas, uno de esos manjares, quizás aún algo desconocido, es este croque monsieur (literalmente, «crujiente señor» o ¿»señor crujiente»?). Y aunque como desayuno no lo pone nada fácil de cara a otros posibles rivales, lo mismo nos resuelve una merienda que una cena que un bocado a media mañana. Como plato principal un día de esos en los que encaja un buen brunch tampoco lo veo nada mal…

Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

Por lo visto, la primera referencia impresa a un croque monsieur nos lleva hasta la carta de un café parisino allá por 1910, aunque se desconoce el origen preciso de su nombre. Realmente, pese a ese pomposo título suyo, no es más que un sandwich de jamón y queso. Bueno, falso; definitivamente es mucho más. Lo cierto es que entre poner unas lonchas de jamón y un poco de queso entre dos rebanadas de pan y preparar un croque monsieur con toda su pompa y circunstancia hay un mundo, y aun así lo segundo implica realmente muy poco esfuerzo a cambio. Lo que es indudable es que con unos cuantos ingredientes básicos que solemos tener por casa prácticamente a diario, nos montamos un croque monsieur en menos que canta un gallo. ¡Y no os digo ya dar buena cuenta de él! Y sin embargo, existe hoy por hoy toda una serie de versiones de este icónico sandwich que se disputan entre sí sin descanso la autenticidad tanto del método e ingredientes como del resultado. En algunos casos, se rellena y se cubre con bechamel, en otros o lo primero o lo segundo; podemos encontrar también variedades en las que se tuesta primero el sandwich y en las que no; con y sin bechamel, con un tipo de queso u otro. ¿Cómo puede un sandwich «sencillo» crear tanta disparidad de opiniones? Bueno, vayamos por partes…

Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

En cuanto al pan, pese a que es evidente que cada cual es muy libre de hacer su croque monsieur como se le antoje, parecen ser muchos son los que coinciden en que ha de utilizarse pan de molde blanco, preferiblemente de buena calidad y con cierto grosor, de modo que aguante bien el envite de toda esa carga deliciosa que le espera. Por otro lado, tenemos la cuestión de la corteza, pues lo mismo la receta que consultemos nos indica que hay que quitarla o directamente no hace mención al tema.

Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

Por lo que respecta al queso, aunque muchos son los que defienden el uso indiscutible del gruyère (de consistencia más firme, fundente y ese toque ligeramente dulce que recuerda, además, a frutos secos), los hay que se inclinan por el emmental, que también se funde maravillosamente (aunque de sabor algo más plano para mi gusto), y notablemente más barato. Aunque no acaba aquí la cosa, en ocasiones podemos encontrarnos versiones que han optado por el cantal, el parmesano ¡o incluso la mozzarella! Sí, la idea de que ha de fundirse es común a todos, pero tengo mis dudas en cuanto a estas dos últimas opciones (más que nada porque creo que el resultado me recordaría más a una pizza rápida antes que a un sandwich…).

Como ya os avanzaba, el uso de la bechamel tampoco deja indiferentes a quienes se enfrentan al «señor sandwich». Aunque pueda parecer obvio que es precisamente esta salsa la que diferencia éste de cualquier otro sandwich común de jamón y queso, los hay que no la incluyen en su receta (no muchos, todo sea dicho). Su elaboración tampoco consigue el consenso, pues nos encontramos desde recetas que agregan desde mostaza a la mezcla hasta queso. La mantequilla, harina y leche, al menos, son constantes e invariables.

Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

Con respecto a otros posibles ingredientes complementarios además de los ya mencionados, en general parece no haber demasiado interés en recargar el croque monsieur más allá de lo fundamental. En ocasiones, sin embargo, podemos encontrar a quien elige untar el pan con una mínima cantidad (o algo más, según la inclinación personal de cada cual) de mostaza de Dijon para contrarrestar la presencia todopoderosa del queso. No me parece mala idea, pero eso es porque adoro la mostaza y la incluyo siempre que puedo en muchos de mis sandwiches.

Y finalmente, la elaboración. Es decir, ¿cómo preparar el croque monsieur perfecto (si es que algo así puede existir como concepto único y excluyente)? Aunque son casi legión los que hornean y gratinan directamente el sandwich en el horno sin más, no parece nada desdeñable la opción de tostarlo y dorarlo por fuera con una buena dosis de mantequilla antes de llegar al delicioso gratinado. En mi opinión, este paso intermedio, aunque nos complique un poco (muy poco) las cosas, es clave para acabar con un croque monsieur difícilmente comparable, pues tras toda esa importante carga de salsa bechamel y queso fundente, el pan agradece enormemente algo de estructura a lo que agarrarse (por no hablar de lo que gana nuestro paladar tras ese baño de mantequilla tostada y ese toque crujiente extra). Lo sé, más mantequilla, más grasa. ¡Qué le voy a hacer! Supuse que había quedado superado ese punto después del concepto de «desayuno-festín»… 😉

Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)
Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

Yo me he dejado guiar por mis instintos y, después de mucho indagar además, he usado pan de molde casero (con corteza), he optado por la opción con bechamel, tanto dentro como fuera del sandwich (para darle más cremosidad); no lo he dudado a la hora de elegir el queso, gruyère había de ser; esta vez no he usado nada de mostaza, pero nunca, si la ocasión lo permite, está del todo descartada porque adoro su sabor y encuentro que su presencia enriquece sensiblemente lo que toca; he tostado el sandwich en mi skillet con una buena dosis de mantequilla para conseguir ese toque crujiente por fuera (por algo se llamará croque, digo yo) y he acabado gratinándolo en el horno. ¿El resultado? No encuentro las palabras…

¿Y tú, cómo lo prefieres?
Croque Monsieur (Sandwich de jamón y queso)

A modo de nota adicional, no quería dejar de mencionar ese otro sandwich conocido como croque madame —como imaginaréis, pareja indiscutible de nuestro protagonista de hoy—; la única diferencia entre uno y otro es que este último se sirve acompañado de un huevo frito o a la plancha sobre el propio sandwich una vez hecho*. Su nombre se debe a que, supuestamente, la imagen del huevo sobre el sandwich recordaba el tocado de las damas de principios de siglo XX. Lamento informaros de que el apetito voraz de los por aquí expectantes (¡no veáis como huele todo ahora mismo!) no ha dejado margen a esperar a colocar el susodicho huevo para mostrároslo… Os hacéis una idea, ¿verdad?

Y con la última receta de julio, las publicaciones del blog se despiden hasta septiembre. ¡Que paséis un gran verano!

Fuentes: The Guardian, France.fr, et al.

Ya os avisé de lo mucho que adoraba mi skillet. Ésta, de Le Creuset, así como los cuchillos Pallarès que aparecen en las fotos, los encontráis en la tienda online Claudia & Julia

Croque Monsieur {et Croque Madame}
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Breakfast, Brunch & Tea
Origen: French
Raciones: 2 sandwiches
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para la bechamel:
  • 20 g (1 ½ cucharadas) de mantequilla sin sal
  • 20 g (2 ½ cucharadas) de harina de trigo de uso común
  • 180 ml (¾ cup) de leche entera, fría
  • Sal
  • Nuez moscada recién molida
Para los sandwiches:
  • 4 rebanadas algo gruesas de buen pan de molde blanco
  • 1 cucharadita de mostaza de Dijon (opcional)
  • 100 g aprox (4 lonchas finas) de jamón cocido, de buena calidad
  • 60 g de queso gruyère rallado o 2 lonchas finas (+ queso extra para gratinar)
  • 55 g (½ cup) de mantequilla sin sal
Elaboración
De la bechamel:
  1. En un cazo pequeño, ponemos a derretir la mantequilla a fuego medio.
  2. En cuanto empiece a desaparecer la espuma de la superficie, añadimos la harina y removemos bien durante 1 minuto aprox. con las varillas hasta que quede todo bien combinado en una especie de pasta consistente y la harina se haya tostado muy ligeramente (de esta manera evitaremos el sabor nada agradable a harina cruda en nuestra bechamel).
  3. Seguidamente, y sin perder un segundo para que no se queme la harina, vamos añadiendo la leche muy poco a poco y sin dejar de remover hasta que nos quede una textura suave y sin grumos.
  4. Una vez todo bien ligado, dejamos cocer un poquito más (1 minuto más o menos) hasta que espese, removiendo en todo momento (hay que tener en cuenta que conforme se vaya enfriando, la bechamel seguirá espesando aún más).
  5. Retiramos entonces del fuego, añadimos una pizca de sal y un poco de nuez moscada rallada (al gusto), traspasamos a un recipiente limpio y cubrimos con film transparente de inmediato para evitar que se forme una película reseca en la superficie. Dejamos entonces enfriar hasta us uso (la bechamel se conserva refrigerada, siempre bien cubierta, durante un par de días).
De los sandwiches:
  1. Precalentamos el horno (eléctrico y sin aire) a 150 ºC (300ºF) con calor arriba y abajo y colocamos la rejilla del horno en la posición central.
  2. Si nos decantamos por darle un toque de mostaza (totalmente opcional y sujeta al gusto de cada cual), untaremos un par de rebanadas del pan con una fina capa de mostaza de Dijon.
  3. Seguidamente, extendemos una capa generosa de bechamel ya fría sobre las cuatro rebanadas (si hemos untado dos de ellas con mostaza, la bechamel iría sobre ésta).
  4. A continuación, colocamos 2 lonchas de jamón cocido sobre 2 de las rebanadas con bechamel (y mostaza, en su caso) y añadimos suficiente queso gruyère como para que quede todo bien cubierto. Finalmente, cerramos nuestros sandwiches con las 2 rebanadas de pan sobrante, con la cara untada de bechamel hacia dentro, es decir, en contacto con el queso, y presionamos ligeramente para que se adhiera todo bien.
  5. Precalentamos ahora una skillet o sartén de hierro durante unos 5 minutos a fuego medio**. Añadimos la mantequilla y dejamos que se funda, moviendo la sartén de manera circular para que todo el fondo quede revestido de mantequilla.
  6. En cuanto se forme una película espumosa en la superficie, colocamos en la sartén los sandwiches por el lado más cercano al queso inicialmente; en cuanto se hayan dorado por esa cara (1-2 minutos), les damos la vuelta y dejamos que se doren por la otra, deslizándolos con ayuda de una espátula por toda la superficie de la sartén para que la segunda cara se empape también de mantequilla y se dore.
  7. Retiramos los sandwiches del fuego, untamos bien la capa superior con más bechamel y terminamos añadiendo un poco más de queso rallado por encima.
  8. Introducimos ahora la skillet en el horno (si hemos usado una sartén común o si no fuera apta para el horno, habremos de traspasar primero los sandwiches a la bandeja del horno) y horneamos durante unos 5 minutos hasta que el queso comience a fundirse. A continuación, encendemos el grill y gratinamos durante unos 3-5 minutos a temperatura fuerte hasta que la superficie quede bien dorada.
  9. Los croque monsieur como mejor se disfrutan son recién hechos. Bon Appétit!

    Firma Rosa M Lillo

Notas
- * Mientras se está gratinando el sándwich en el horno, freímos los huevos. En cuanto saquemos nuestros croque monsieur del horno, colocamos los huevos fritos encima, sazonamos con una pizca de sal y pimienta o un poco de cebollino picado et voilà! ya tenemos nuestra croque madame.
- **En lugar de usar la skillet, podemos igualmente echar mano de la plancha (sobre todo si es de la que se cierran y cocinas los alimentos por ambas caras al mismo tiempo). Precalentamos igualmente la plancha hasta que esté bien caliente durante unos 15-20 minutos, colocamos los sandwiches, cerramos y dejamos que se tuesten hasta que el queso comience a fundirse. De ahí en adelante seguimos de la misma manera que se indica en la receta. Igualmente, si nos queremos saltar el paso por la sartén e ir directamente al horno, aumentaremos la temperatura a 190ºC y el tiempo a 10 minutos más el gratinado. De esta forma, sin embargo, nuestro croque monsieur no quedaría tan crujiente por fuera.

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