Apple Dutch Baby {también conocido como German Pancake}

Os confieso que la receta de hoy ha sido uno de mis últimos felices descubrimientos. Se trata de todo un decadente, irresistible y perfectamente acompañado Apple Dutch Baby. Sólo el nombre ya me cautivó, pese a que puede que sea uno de los platos de apariencia menos fotogénica que haya hecho hasta la fecha. Y yo me pregunto, ¿por qué me atraerán de este modo irremediable ciertos nombres de ciertas cosas? ¿qué tendrán? Especialmente aquellos que esconden alguna historia, por tonta que sea, o suenan graciosos; esos no los perdona mi curiosidad incansable. Creo que ya os he hablado más de una vez de esta afición mía por la terminología y el origen de las cosas, así que sabréis que, tarde o temprano, la compartiré con vosotros…

Apple Dutch Baby (German pancakes)
Apple Dutch Baby recién salido del horno.
Apple Dutch Baby (German pancakes)
Apple Dutch Baby casi recién salido del horno.

Entre la primera y la segunda imagen transcurrieron apenas dos segundos. ¿Advertís la diferencia? (se incrementa conforme avanza la entrada). Y es que una de las curiosidades acerca de esta particular receta es, precisamente, el dramatismo con que asistimos tanto al apogeo de su ascenso —y sin necesidad de un solo gramo de levadura ni similar—, como a su declive. (Ahora imaginaos las peripecias de esta medio desmañada aficionada a la fotografía, tratando de captar con la cámara ese fugaz proceso desde el mismísimo instante en que este prodigio sale del horno. Imaginadlo también con un par de centímetros más recién abierta la puerta; proeza fotográfica imposible). Tengo que volver a hacerla sin sesión de fotos por medio para disfrutarlo como merece. ¡Y con público! Presenciar este fenómeno en solitario es algo así como aquel paradójico árbol que cae en el bosque y no hay quien lo escuche caer. ¿Hace ruido? ¿Ha subido realmente mi Dutch Baby? Lo sé, lo sé, me estoy desviando del tema…

Bien. Retomemos el hilo. Sabéis que ya va tocando una pequeña clase de historia anecdótica culinaria, ¿verdad? Seré breve (o lo intentaré), pues la constancia que queda de su origen y evolución es bastante imprecisa, además de no estar demasiado documentada. Según la revista Sunset, los llamados Dutch babies aparecieron por primera vez a principios del siglo XX en el Manca’s Cafe, un restaurante familiar situado en Seattle, cuyo propietario era Victor Manca. Pese a que esta receta procede originalmente de una especie de pancakes típicos de Alemania, su nombre, tal y como lo conocemos actualmente, fue acuñado por una de las hijas del mencionado señor Manca debido a que, según señaló un familiar posteriormente, la niña no sabía pronunciar correctamente el término ‘Deutsch’ ([?d?yt?]; «alemán» en alemán), el cual, la incauta criatura, intercambiaba tranquilamente por ‘Dutch‘ ([d?t?]; que realmente significa «holandés», término que también se suele emplear para referirse a la población inmigrantes germano-americanos, conocidos como ‘the Pennsylvania Dutch‘, donde ‘Dutch‘ es, de nuevo, una desviación del término alemán ‘deutsch‘). Y así empezó todo. En 1942, el Manca’s Cafe se convirtió en el legítimo propietario del nombre ‘Dutch babies‘, sin embargo, el restaurante acabó cerrando sus puertas en los años cincuenta.

Apple Dutch Baby (German pancakes)

Inicialmente, los Manca solían servir este plato de origen alemán a modo de dos o tres pequeñas tortitas (de ahí lo de ‘babies‘), espolvoreadas con azúcar glass y zumo de limón recién exprimido, como era la costumbre original. Poco a poco, el llamado ‘Big Dutch Baby’, un formato de mayor tamaño, comenzó a ganar popularidad y así ha sido hasta el día de hoy. Recapitulando… Un error de pronunciación conduce a un nuevo término basado, además, en el pequeño tamaño de aquella nueva versión de la tradicional receta alemana. Sin embargo, con el tiempo se vuelven a hacer más grandes y, a pesar de todo, el improcedente nombre se mantiene. Cosas que pasan…

Apple Dutch Baby (German pancakes)

Así que se trata, en realidad, de una especie de tortita gigante, una versión americanizada del original Apfelpfannkuchen alemán. Y aunque se le suele incluir dentro de la familia de los pancakes, el resultado final es más similar a un cruce entre una crêpe y un soufflé, o incluso, un Yorkshire pudding, como sostienen algunos. Además de la versión sencilla, en ocasiones también lo podemos ver acompañado de frutos rojos o manzana (como es éste el caso), entre otras frutas. Hoy en día, en frecuente también aderezar el Dutch baby con sour cream, yogurt o algún sirope, pero el azúcar glass y el limón exprimido son siempre todo un acierto. Se toma habitualmente en el desayuno o como parte del popular brunch, tanto en plato como directamente de la sartén donde se haya horneado (mi modalidad favorita 😉 ). En este último caso, la costumbre es cortarlo a modo de porciones triangulares, como si de una tarta se tratase. Hoy por hoy, el Dutch baby es una de las especialidades destacadas en algunos restaurantes y cadenas dedicadas a servir desayunos, como la mítica The Original Pancake House, en Oregón, o la cadena Bickford’s, de Nueva Inglaterra; ambas preparan tanto Dutch babies sencillos como un tipo de pancake similar llamado Baby Apple, que suele tomarse también como postre.

Fuentes: Wikipedia, Creative Culinary, et al.

Si te fascinan como a mí las sartenes de hierro fundido como la de la receta, ésta (de Le Creuset) la encuentras en la tienda online Claudia & Julia

Apple Dutch Baby {o German Pancake}
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Breakfast, Brunch & Tea
Origen: American / German
Raciones: 4-6
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el sirope de manzana (opcional):
  • 750 ml (3 cups + 2 cucharadas) de zumo de manzana 100% natural y a ser posible, sin filtrar (IMPORTANTE: evitar concentrados, néctares y demás)
  • 30 g (2 cucharadas) de mantequilla sin sal
  • 15 g (1 cucharada) de azúcar moreno
  • ½ cucharadita de canela de Ceilán molida
  • 1 cucharadita de harina fina de maíz (tipo Maizena)
  • 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
Para el Dutch Baby:
  • 55 g (¼ cup - ½ stick) de mantequilla sin sal
  • 1 manzana grande (yo he usado la variedad "Pink Lady")
  • 15 g (1 cucharada) de azúcar moreno
  • 1 cucharadita de canela de Ceilán molida
  • 3 huevos (L)
  • 180 ml (¾ cup) de leche entera
  • 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
  • 100 g (¾ cup) de harina de trigo floja
  • ¼ cucharadita de sal

  • Crème fraîche para acompañar (opcional)
Elaboración
Del sirope de manzana:
  1. Colocamos el zumo de manzana, la mantequilla, el azúcar moreno, la harina fina de maíz y la canela molida en un cazo amplio a fuego medio-alto, combinamos con unas varillas hasta disolver bien todos los ingredientes y lo llevamos todo a ebullición, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue.
  2. Una vez rompa a hervir, reducimos a fuego medio-bajo y dejamos que reduzca unas ¾ partes durante unos 40-45 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta conseguir una consistencia ligeramente caramelizada y algo más densa (hay que tener en cuenta que al enfriarse, espesará un poco más).
  3. Retiramos del fuego, añadimos el extracto de vainilla y removemos hasta combinarlo todo bien. Reservamos mientras se templa.*
Del Dutch Baby:
  1. Precalentamos el horno (eléctrico) a 220ºC (425ºF) y colocamos la rejilla del horno a media altura.
  2. Colocamos la mitad de la mantequilla (2 cucharadas; reservamos la otra mitad para más adelante) en una sartén de hierro redonda o skillet de unos 23 cm (9") Ø (importante: ha de ser apta para el horno) y la derretimos a fuego medio.
  3. A continuación, añadimos la manzana (previamente pelada, descorazonada, cortada en 4 cuartos y fileteada en finas rodajitas como de ½ cm de grosor), el azúcar moreno y ½ cucharadita de canela (reservamos la otra media para la mezcla de ingredientes líquidos más adelante) y dejamos cocer durante unos 5 minutos, removiendo con frecuencia con una espátula de silicona o una cuchara de madera, hasta que la fruta quede algo tierna y bien impregnada con el jugo (que casi habrá desaparecido). Retiramos del fuego y reservamos en una fuente aparte.
  4. Con mucho cuidado de no quemarnos, limpiamos de inmediato la sartén con papel de cocina y la introducimos en el horno durante unos 8-10 minutos hasta que esté bien caliente.
  5. Mientras tanto, en un cuenco grande, batimos los huevos, la leche y el extracto de vainilla con ayuda de unas varillas hasta conseguir una mezcla homogénea.
  6. A continuación, agregamos la harina (previamente, tamizada), la ½ cucharadita de canela restante y la sal y mezclamos suavemente lo justo hasta que quede todo perfectamente combinado. Reservamos.
  7. Retiramos la skillet del horno con mucho cuidado de no quemarnos, añadimos la mantequilla restante, haciendo girar la sartén para que se vayan recubriendo bien el fondo y laterales al tiempo que se funde la mantequilla.
  8. Seguidamente, colocamos la manzana cocida que teníamos reservada en el centro de la skillet, repartimos más o menos uniformemente por la base con ayuda de una espátula y vertemos la mezcla líquida sobre la fruta.
  9. Inmediatamente, volvemos a introducir en el horno y horneamos durante unos 12-15 minutos hasta que la masa crezca (considerablemente) y adquiera un bonito tono dorado por los bordes; el centro ha de quedar cuajado, aunque ligeramente cremoso.
  10. Servimos de inmediato directamente en la skillet, acompañado con una generosa cucharada de crème fraîche en el centro (opcional) y regado con el sirope de manzana. Indescriptible...

    Firma Rosa M Lillo
Notas
- *Para adelantar un poco de tarea y ahorrar tiempo, puedes preparar este sirope de manzana con antelación (hasta 1 semana antes de utilizarlo). Dejaremos primero que se enfríe, lo colocamos en un tarro de cristal y lo refrigeramos. A la hora de utilizarlo, lo dejaremos a temperatura ambiente hasta que pierda el frío.
- De la misma manera que este tipo de masas crece de manera dramática durante el horneado, se desinfla al poco de salir del horno. Así que si quieres impresionar a alguien, procura que sean testigos de su fugaz proeza.
- Otra alternativa para elaborar esta receta es añadir la manzana caramelizada como acompañamiento en el plato junto al Dutch baby al final, una vez horneado éste, en lugar de incorporarla al conjunto.
- También puedes simplificar mucho las cosas sustituyendo el sirope de manzana por sirope de arce; siempre un acierto.

Receta adaptada del Apple Butch Baby de Bon Appétit

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