Os confieso que la receta de hoy ha sido uno de mis últimos felices descubrimientos. Se trata de todo un decadente, irresistible y perfectamente acompañado Apple Dutch Baby. Sólo el nombre ya me cautivó, pese a que puede que sea uno de los platos de apariencia menos fotogénica que haya hecho hasta la fecha...
Que un siempre entrañable y codiciado apple pie es todo alborozo tan pronto como aparece en escena, es difícil discutirlo. Su sola presencia ya trae consigo un sinfín de sensaciones y augurios que a mí, personalmente, me condicionan al instante a aguardar lo que esté por venir con la mejor de las predisposiciones...
Cuando te pasas el día (exageración) leyendo recetas en inglés, e investigando acerca de sus ingredientes, origen, etc., te das cuenta de que, además de la complicación que algunas veces supone su puesta en práctica (sólo algunas veces), existe también todo un entramado de términos que no siempre son lo que parecen de buenas a primeras.
Con la llegada del otoño parece que nos hemos propuesto dejar los manzanos tiritando de frío. Si os soy sincera, no sé la de tiempo que llevo queriendo hacer esta icónica tarta de manzana.
El apple crumble es la solución perfecta para esos momentos en que te zamparías una reconfortante y siempre bienvenida ración de tarta de manzana (apple pie), pero no estás por la labor de ponerte a amasar o encaminarte hasta donde sirvan la mejor tarta de la ciudad.
¿Puede haber algo más típicamente americano que el Apple Pie? Pues antes de quedarse como invitada de honor en los postres de tantos y tantos hogares estadounidenses, parece ser que este popular plato ya llevaba unos cuantos años por el mundo.
Con este increíblemente jugoso y suculento apple coffee cake o bizcocho de manzana con su inseparable streusel de canela no puede haber margen de error alguno a la hora de hacer las delicias de los paladares más exigentes...