Mira que es difícil encontrar a quien pueda resistirse a una tortita recién hecha para desayunar. Sobre todo si ya te las encuentras hechas una vez en pie. Para los que estáis pensando que por la mañana no sois capaces más que de poner la cafetera, un avance: cuesta casi lo mismo que preparar un buen café. ¿No te lo crees? Sigue leyendo, sigue mirando y hablamos en un tiempo. Lo confieso: Las tortitas (o pancakes) son mi perdición. Lo mismo me pasa con los arándanos. Así que era cuestión de tiempo que cayera por aquí una buena tanda de tortitas de buttermilk con arándanos, llevadas a la máxima expresión de jugosidad gracias a ese toque que sólo ese buttermilk es capaz de conseguir.
Esta versión que os traigo hoy con buttermilk y arándanos es, en mi opinión, el culmen de la perfección hecha tortita. El primero le aporta una jugosidad extra increíble, fuera de este mundo. Los segundos, un sabor delicado y ese «pang» inconfundible con que estalla la dulce acidez de esta fruta en nuestra boca. Y como algunos ya sabéis (a decir verdad, estáis ya hartos de oírmelo decir), los arándanos son mi debilidad, así que no podía dejar pasar la oportunidad de meterlos también en mis tortitas. Un acierto de todas todas. Tengo que pensar qué más hacer con ellos…
Pero si no te quieres «complicar» con ingredientes estrella, siempre puedes volver a la receta básica: un vasito de harina, un vasito de leche, un huevo y poco más. Eso sí, asegúrate de procurarte un buen arsenal de acompañamientos: mantequilla, crema de cacao, sirope de arce, helado, mermelada… incluso fiambres o queso; cada tortita será una auténtica nueva experiencia. Lo difícil en realidad ha sido hacer las fotos al tiempo que contenía a mi familia que quería desayunar tortitas mientras aún seguían calientes. ¿Qué? ¿Vas a seguir remoloneando? ¡Ay, me pierden las tortitas!
Cuando te hayas lanzado, comprenderás que no vas a seguir ni un fin de semana más privándote de algo tan delicioso. Es más, querrás probar, experimentar con nuevas texturas, nuevos ingredientes y es posible hasta que te conviertas en el monstruo de las tortitas en el que yo me convertí. Avisados quedáis.
Si te has ido directamente a la receta porque a estas alturas ya no necesitas que nadie te diga lo ricas que están las tortitas y lo fáciles que son de hacer, ¡enhorabuena! Si aún no lo ves claro, te invito a que hagas una tanda y me quites la razón. Y si ya estás pesando y mezclando, te felicito por el desayuno de lujo que te vas a meter hoy entre pecho y espalda. Aún te queda otra opción: que convenzas a alguien para que te las haga 😉 Un estilo para cada «pancake lover«.
- (Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
- 130 g (1 cup) de harina de trigo floja
- 25-40 g (2-3 cucharadas) de azúcar blanco
- 1 cucharada de ralladura de limón
- 1 ½ cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
- ¼ cucharadita de bicarbonato sódico
- ¼ cucharadita de sal
- 40 g (3 cucharadas) de mantequilla sin sal (+ mantequilla extra para engrasar)
- 1 huevo (L)
- 240 ml (1 cup) de buttermilk
- 100-150 g (? - 1 cup) de arándanos frescos
- Derretimos la mantequilla y dejamos templar.
- Mientras tanto, en un cuenco mediano mezclamos la harina, el azúcar, la ralladura de limón, la levadura química, el bicarbonato sódico y la sal con unas varillas hasta que quede todo bien combinado y abrimos un hueco en el centro. Reservamos.
- En otro cuenco de las mismas dimensiones más o menos que el anterior mezclamos el huevo, el buttermilk y la mantequilla.
- Incorporamos la mezcla líquida (punto 3) a los ingredientes secos (punto 2) y con una espátula de silicona mezclamos sólo lo justo hasta que todo se combine. Si quedan algunos grumos pequeños no pasa nada; si mezclamos en exceso nuestras tortitas quedarán demasiado densas.
- Calentamos una sartén (preferiblemente antiadherente) a fuego medio o una plancha eléctrica a 150ºC. Para saber cuándo está lo suficientemente caliente, podemos salpicar con los dedos unas gotas de agua sobre la superficie caliente; si lo está, éstas rebotarán hasta desaparecer.
- Untamos la sartén o plancha ligeramente con mantequilla (también podemos usar spray antiadherente o aceite vegetal) y dejamos caer la masa directamente sobre la superficie hasta conseguir el tamaño deseado (unos 60 ml o ¼ cup aprox.). Si usamos una plancha, hemos de dejar unos cm de separación entre una y otra.
- Dejamos caer unos cuantos arándanos sobre cada tortita y, cuando empiecen a aparecer burbujas en la cara superior y la cara inferior se haya dorado ligeramente (unos 2 minutos aprox.), les damos la vuelta con una espátula plana.
- Las cocinamos 1-2 minutos más hasta que también se doren por la otra cara. Repetimos estos dos últimos pasos con el resto de la masa engrasando de nuevo la sartén o plancha antes de cada nueva tanda si fuera necesario.
- Servimos aún calientes.
Las podemos acompañar de mantequilla y sirope de arce (mi combinación preferida), sirope de chocolate, mermelada, miel, crema de cacao, nata, helado... Podemos incluso optar por algo menos "dulce", como fiambre de pavo o jamón de york; el contraste es increíblemente delicioso!
- Yo sólo añado 2 cucharadas de azúcar a la masa, pero reconozco que hay a quien le pueda parecer que no quedan demasiado dulces; es por la acidez de los arándanos. Añade una cucharada (o media) más de azúcar y asunto resuelto.
- Para que no se enfríen las primeras hasta que termines de hacer la última tortita, puedes mantenerlas calientes dentro el horno (eléctrico) a unos 90-100ºC sin apilar dentro de una fuente amplia o en la bandeja del horno.
- Día nacional del blueberry pancake: 28 de enero.