Muchos ya la conoceréis y sabréis que esta tarta es todo un clásico dentro de la historia de las tartas americanas, pero no temáis, no os voy a soltar el rollo completo esta vez, que la receta se extiende ya bastante. Lo que sí os diré a los que aún no tengáis el placer, es que la Devil’s Food Cake (literalmente «tarta comida del diablo») es una tarta singular, única; no es una tarta de chocolate más, es LA tarta de chocolate por la que cualquier «chocoadicto» suspiraría hasta el fin de sus días (de ahí su nombre «pecaminoso» 😉 ). A pesar de este detallito, no sabría yo decir si tiene más de diabólica o de divina (como su eterna rival, la Angel Food Cake). Vosotros juzgaréis.
Y es que volvemos a estar de celebración y la ocasión merecía otra layer cake. La homenajeada llevaba como dos meses cambiando de opinión sobre la tarta que quería para su cumpleaños; cada vez que veía una nueva, le parecía mejor opción que la anterior. Hace tres días llegó el veredicto final. ¡Tres días! Al principio hiperventilé durante unos segundos, pero enseguida me recompuse; afortunadamente pude reconducir los preparativos de la versión anterior sin demasiadas dificultades.
Os cuento. Esta versión, sin embargo, tiene algo menos de chocolate de lo habitual (que suele ser por todas partes). Las frambuesas ya estaban en camino para la versión anterior de la tarta y había que utilizarlas de todas formas, así que la he recubierto por fuera con un delicioso buttercream elaborado con esta fruta. Por dentro mantiene su obligado relleno de ganache de chocolate entre bizcocho y bizcocho, pero como me sabía a poco, también se lo he añadido por encima a modo de decoración final.
Bueno, un tanto pecaminoso sí que es, no nos vamos a engañar. Pero como de lo que se trata es de compartir un buen rato y unas risas con amigos y familia, no creo que la condena sea para tanto; yo más bien nos veo a todos absueltos al instante.
Espero que algún día no muy lejano podáis disfrutar de esta tarta tanto como nosotros; acabó siendo todo un acierto. Aprovecho para comunicaros que el blog se va unos días de vacaciones (no muchos) y desearos a todos un ¡feliz verano!
???? ¡¡¡? Feliz cumpleaños, preciosa ?!!! ????
- 280 g (1¼ cup) de mantequilla sin sal
- 330 g (1½ cup) de azúcar moreno (a ser posible, light brown sugar)
- 100 g (½ cup) de azúcar blanco
- 5 huevos (L)
- 1 cucharadita de extracto de almendra
- 260 g (2 cups) de harina de trigo floja
- 40 g (¼ cup + 1 cucharada) de harina fina de maíz (tipo Maizena)
- 160 g (1½ cup) de cacao puro en polvo sin azúcar
- 1¼ cucharadita de levadura química (tipo Royal)
- ¾ cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de sal
- 300 ml (1¼ cup) de buttermilk
- 240 ml (1 cup) de nata líquida para montar (mín. 35% MG)
- 225 g (8 oz) de chocolate negro (mín. 50% cacao)
- 1 cucharada de sirope de maíz (light corn syrup) (opcional)
- 225 g (1 cup) de mantequilla sin sal
- 260 g (2¼ cups) de azúcar glass
- 1-2 cucharadas de leche (opcional)
- ½ cucharadita de pasta de frambuesa
- 50 g de frambuesas trituradas
- Frambuesas para decorar
- Precalentamos el horno (eléctrico) a 175ºC y colocamos la rejilla a media altura.
- Engrasamos tanto fondo como laterales de 3 moldes redondos con la base desmontable (20 cm Ø). Recortamos el papel de horno con la forma de la base de los moldes (usamos una base como plantilla; es más fácil y rápido si doblamos el papel en 3 y recortamos sólo una vez) y colocamos los 3 círculos de papel en el fondo de cada molde. Engrasamos también sobre el papel. Reservamos.
- Tamizamos juntos hasta tres veces las harinas, la levadura, el bicarbonato sódico, el cacao y la sal. Reservamos.
- En el cuenco de nuestra amasadora, equipada con el accesorio de pala (o en un cuenco grande), batimos la mantequilla a velocidad media durante 1 - 2 minutos hasta que adquiera una textura cremosa y suave.
- Agregamos los azúcares progresivamente y seguimos batiendo a velocidad media hasta conseguir una masa esponjosa y ligera y que haya adquirido un color más pálido (2 - 3 minutos más).
- Reducimos la velocidad y añadimos los huevos, de uno en uno; no añadiremos el siguiente hasta que el anterior no se haya integrado por completo.
- Agregamos el extracto de almendra y mezclamos bien. Con ayuda de una espátula de silicona vamos despegando y mezclando la masa adherida a los bordes y al fondo del cuenco siempre que sea necesario.
- Incorporamos ahora los ingredientes secos que teníamos reservados (harina, levadura, bicarbonato, cacao y sal), alternándolos de la siguiente manera con la mezcla de buttermilk: ⅓ de ingredientes secos, ½ de buttermilk, ⅓ de ing. secos, ½ de buttermilk y finalmente el último ⅓ de ing. secos restante (es importante empezar y acabar con los ingredientes secos).
- Dividimos la masa entre los tres moldes en partes iguales (para esto es muy útil utilizar una báscula de cocina), nivelando la superficie con una espátula pequeña angulada. Damos unos golpecitos a los moldes contra la mesa para evitar que se formen burbujas de aire en su interior.
- Horneamos durante 30-35 minutos aproximadamente o hasta que al insertar una brocheta o cake tester en el centro de las tartas salga totalmente limpia y sin migas pegadas. No abriremos el horno hasta que no lleve al menos ¾ del tiempo total de horneado. Durante los últimos 5 minutos, iremos comprobando cada 2 minutos; no queremos una miga seca.
- Sacamos del horno y dejamos enfriar dentro de los moldes durante 10 minutos sobre una rejilla.
- Pasado este tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar por completo bocabajo sobre la rejilla.
- Una vez se hayan enfriado completamente, envolvemos por separado cada bizcocho en film transparente y refrigeramos al menos durante una hora (preferiblemente toda la noche), así la miga y los sabores se asentarán mejor.
- Troceamos el chocolate y reservamos en un cuenco resistente al calor.
- En un cazo mediano, llevamos la nata líquida y el light corn syrup (si se utiliza) a ebullición removiendo de vez en cuando.
- Inmediatamente vertemos la nata sobre el chocolate troceado y dejamos reposar sin remover durante unos minutos.
- Con unas varillas o una cuchara de madera removemos suavemente (tratando de no incorporar aire a la ganache) hasta que todos los ingredientes se hayan combinado completamente y tengamos una crema suave y homogénea. Hemos de evitar mezclar en exceso o nuestro ganache acabará lleno de burbujas de aire y con un aspecto arenoso muy poco atractivo.
- Cuando haya perdido el calor, refrigeramos durante 1 hora. Durante este tiempo iremos removiendo de vez en cuando hasta que adquiera una consistencia "untable". A partir de ese momento, lo dejaremos ya fuera del frigorífico. Para poder decorar nuestra tarta; deberá tener una consistencia algo densa, pero no sólida (a mí se me endureció un poquito de más y no chorreó tanto como habría querido, pero no tenía ya mucho tiempo y también me gustó cómo quedó ese toque a lo Tim Burton 😉 )
- Tamizamos el azúcar glass y reservamos.
- En el cuenco de la amasadora con el accesorio de pala batimos la mantequilla a velocidad media durante 1-2 minutos o hasta que adquiera una textura cremosa.
- Añadimos a continuación el azúcar glass progresivamente y a la velocidad más baja para evitar que se forme una nube de polvo de azúcar a nuestro alrededor. Una vez incorporado el azúcar, seguimos batiendo a velocidad media hasta conseguir una mezcla esponjosa y más clara. (Si la textura final hubiera quedado demasiado densa, podemos rebajarla con leche. La añadiremos poco a poco hasta lograr la consistencia deseada. Si por el contrario quedara demasiado líquida, añadiríamos más azúcar glass progresivamente hasta dar con la consistencia idónea).
- Añadimos ahora la frambuesa en pasta y batimos hasta conseguir un color uniforme.
- Finalmente añadimos las frambuesas trituradas y mezclamos bien hasta repartir de forma homogénea.
- Si fuera necesario, con un cuchillo de sierra largo o lira recortaremos los bizcochos lo justo para igualar y nivelar las superficies. Con la ayuda de un pincel de silicona limpiamos los bizcochos suavemente de las posibles migas sueltas que hayan podido quedar.
- Colocamos el primer bizcocho bocabajo sobre la base (si disponemos de una base giratoria para tratas nos sería de gran ayuda, si no, giraremos "a mano") sobre una cucharada de ganache de chocolate; así nos aseguraremos de que no se mueva mientras trabajamos. Con una espátula pequeña extendemos sobre la superficie superior una capa generosa de ganache. Colocamos el segundo bizcocho sobre el anterior bien centrado y bocabajo también y lo cubrimos de la misma manera que el anterior. Finalizamos colocando el último bizcocho en la parte superior. Limpiamos los laterales de cualquier rastro de chocolate que haya podido sobresalir; no queremos se la cobertura de frambuesa se manche.
- Con una espátula recta y larga extendemos ahora una fina capa del buttercream de frambuesa por los laterales de la tarta. No es necesario que esta primera capa (crumb coat) esté perfecta. Introducimos nuestra tarta en el frigorífico durante 30 minutos. Pasado este tiempo, recubrimos de nuevo con una capa más gruesa y cuidada de buttercream. Volvemos a refrigerar otros 30 minutos.
- Sacamos definitivamente la tarta del frigorífico. Dejamos caer una cantidad generosa de ganache sobre la superficie superior y alisamos con suavidad haciendo movimientos circulares una espátula pequeña de forma que el ganache caiga por los laterales. Hemos de tener cuidado de no estropear el buttercream de frambuesa. Si la ganache se hubiera endurecido demasiado como para conseguir ese efecto "chorreante", lo ablandaremos 10 segundos en el microondas a potencia media; si quedara templado, esperaremos a que se enfríe para que no derrita nuestro buttercream.
- Terminamos decorando con unas frambuesas. ¡Y a celebrar!
Es preferible conservar esta tarta a temperatura ambiente (bien cubierta). Si hiciera demasiado calor, se puede refrigerar (también cubierta), pero se ha de servir a temperatura ambiente, por lo que deberemos sacarla del frigorífico media hora antes de consumirla.
- Día nacional de la Devil's Food Cake: 19 de mayo.
Receta adaptada del Devil’s Food Layer Cake de Tartine, by Elisabeth M. Prueitt & Chad Robertson