Galletas de avena con chocolate blanco y pistachos {energía en clave de placer}

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Hoy amanecemos con los suministros de energía a tope. Os traigo unas increíbles galletas de avena con chocolate blanco y pistachos que difícilmente podrán ser olvidadas. Inexplicablemente, hacía demasiado tiempo que no caían unas ricas cookies por aquí y eso había que solucionarlo.

Galletas de avena con chocolate blanco y pistachos

Lo cierto es que esta renovada vena galletera se debe a algo muy especial. La cosa fue así. Un buen día, a la salida del colegio, mi hija me dijo que su profesor quería hablar conmigo. Por un momento te temes lo peor (cómo somos…) y tu imaginación se pone a trabajar a miles de revoluciones por segundo. Pero se trataba de una buena noticia; había llegado a sus oídos mi afición por la repostería casera y quería saber si yo podía acercarme un día a clase a hacer con los niños alguna receta (estaban estudiando el uso de los conectores en Lengua). Así que mi lado más organizativo se puso a dar saltos de alegría por dentro y a maquinar cada paso y cada detalle de aquella feliz propuesta al instante.

Galletas de avena con chocolate blanco y pistachos

Antes de acabar de la primera frase, ya había decidido que serían unas ricas cookies las que trabajaríamos con los niños. Partiríamos de la masa base de mis cookies con chips de chocolate favoritas, pero cada niño añadiría los ingredientes o la combinación de ingredientes adicionales que eligiera entre chips de chocolate (¡por descontado!), nueces troceadas, mini Lacasitos® y arándanos deshidratados.

Fue una experiencia verdaderamente gratificante, divertida y muy enriquecedora (y algo agotadora también…). Ver las caras de todos esos niños delante de ti, esperando a que les cuentes lo que les vienes a contar (y a comerse las galletas al final, desde luego) cargados de preguntas, a cuál más interesante, las ganas con que todos se entregaban a su momento de mezclar la masa, la dedicación y seriedad con las que elegían los ingredientes para personalizar sus cookies, esas manitas dando forma a sus creaciones… Y, sobre todo, ver la cara de mi propia hija, llena de orgullo porque era su mamá la que aquel día era el centro de las miradas de todos sus compañeros, es algo indescriptible. Un recuerdo inolvidable.

Galletas de avena con chocolate blanco y pistachos

Pues como os decía, una cosa llevó a la otra y aquella sesión galletera reavivó ese impulso casi irrefrenable de hacer unas ricas galletas caseras después de una demasiado larga temporada sin probarlas. En esta ocasión, me he decidido por una combinación que, con toda sinceridad, será difícilmente superable. A la fijación que ya tenía desde hacía tiempo por las oatmeal cookies (galletas de avena), se añadieron unos ricos pistachos (siempre de agradecer), un toque de sirope de arce y un buen puñado de chips de chocolate blanco. Vamos, toda una inyección de energía. Además, estaba como loca por estrenar mi nuevo tapete de cocción de silicona de Lékué; siempre había visto (con algo de envidia, la verdad) cómo la gran mayoría de mis blogs favoritos lo usaban en la elaboración de sus galletas y era ya necesidad hacerme con uno. He de decir que, pese a que no se trata de un imprescindible, sí ha resultado uno de los utensilios más prácticos que he utilizado últimamente.

Pero no quisiera despedirme ya sin antes enviar un abrazo enorme a todo 5º de primaria y a esos profesores, tanto o más entusiasmados y enfrascados en su cometido como los niños. Gracias por brindarme uno de esos momentos especiales; creo que viviré en ese día durante mucho tiempo…

Galletas de avena con chocolate blanco y pistachos

Galletas de avena con chocolate blanco y pistachos
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Cookies
Origen: American
Raciones: 24
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)

  • 130 g (½ cup + 1 cucharada) de mantequilla sin sal
  • 110 g (½ cup) de azúcar moreno
  • 50 g (¼ cup) de azúcar blanco
  • 1 huevo (L)
  • 1 cucharadita de extracto puro de vainilla
  • 1 cucharada de sirope de arce
  • 130 g (1 ½ cups) de copos de avena integrales
  • 165 g (1 ¼ cups) de harina de trigo floja
  • ½ cucharadita de canela molida
  • ½ cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 cucharadita de harina fina de maíz (tipo Maizena) - opcional
  • ¼ cucharadita de sal
  • 85 g (½ cup) de chips de chocolate blanco
  • 60 g (½ cup) de pistachos, pelados y ligeramente troceados
Elaboración
  1. En un cuenco amplio, con ayuda de unas varillas mezclamos bien los copos de avena, la harina, la canela, el bicarbonato sódico, la harina fina de maíz (si se usa) y la sal hasta que quede todo perfectamente combinado. Reservamos.
  2. En el cuenco de nuestra amasadora, equipada con el accesorio de pala (o en otro cuenco grande), batimos la mantequilla a velocidad media-alta durante un par de minutos hasta que quede cremosa.
  3. Añadimos los azúcares y seguimos batiendo a velocidad media-alta durante 3-4 minutos más hasta obtener una textura ligera y esponjosa. Despegamos los restos de masa de la pala, las paredes y fondo del cuenco con una espátula de silicona, paso que repetiremos siempre que sea necesario.
  4. A continuación añadimos el huevo y batimos a velocidad media-baja hasta que se haya integrado por completo.
  5. Seguidamente, agregamos el extracto de vainilla y el sirope de arce y mezclamos hasta combinar.
  6. Añadimos los ingredientes secos reservados (ver punto 1) a la mezcla anterior y, ya a mano con ayuda de una espátula de silicona mezclamos hasta obtener una mezcla más o menos homogénea.
  7. Finalmente, incorporamos los chips de chocolate y los pistachos, ligeramente troceados, y mezclamos hasta que quede todo bien repartido. Obtendremos una masa densa y algo pegajosa.
  8. Cubrimos el cuenco con film transparente y refrigeramos durante al menos 25-30 minutos.
  9. Mientras tanto, precalentamos el horno (eléctrico) a 175ºC (350º F).
  10. Cubrimos la bandeja del horno* con papel vegetal de hornear o con un tapete de cocción de silicona. Reservamos.
  11. Una vez transcurrido el tiempo de refrigeración de nuestra masa, retiramos el cuenco del frigorífico y empezamos a formar bolas de masa del tamaño de una nuez (1 - 1½ cucharadas aprox.). Las colocamos sobre la bandeja que teníamos preparada, con una separación de unos 5 cm (2" aprox.) entre una y otra. Para dar forma a nuestras galletas, podemos utilizar las manos directamente o también podemos ayudarnos de una cuchara de helado pequeña. (Si lo preferimos, podemos añadir unos cuantos chips de chocolate y/o trocitos de pistacho sobre la superficie para que queden más visibles tras el horneado.)
  12. Introducimos la bandeja en el horno a media altura y horneamos durante unos 12-14 minutos hasta que empiecen a dorarse por los bordes (el centro ha de quedar algo blandito). No es conveniente excedernos en el tiempo de horneado o acabaremos con unas galletas secas y duras.
  13. Retiramos del horno y dejamos enfriar nuestras galletas sobre la bandeja durante unos 5 minutos. Pasado este tiempo, las traspasamos con cuidado a una rejilla con ayuda de una espátula plana y las dejamos enfriar por completo antes de consumir. Estas galletas son muy frágiles mientras aún están calientes; una vez frías, adquirirán una consistencia mucho más firme.

    Se conservan durante una semana bien cerradas en un recipiente hermético a temperatura ambiente.
    Firma Rosa M Lillo
Notas
- *Si disponemos de dos bandejas, acabaremos en la mitad de tiempo, pero en caso de tener que reutilizar la misma bandeja en distintas tandas, mantendremos la masa sobrante en el cuenco dentro del frigorífico entre una tanda y otra. Es muy importante, además, esperar a que la bandeja se enfríe por completo antes de hornear la siguiente tanda.
- Tanto la masa como las galletas ya horneadas, se congelan a la perfección durante unos 3 meses, siempre bien envueltas para evitar que el frío las acabe dañando.

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