Esta vez me he decantado por una tarta, pero ¡salada! Sí, salada. Y aunque no sólo de dulce vive el hombre, el caso es encender el horno. Esta quiche de puerros y bacon es una versión de un clásico súper sencillo y perfectamente «personalizable» al gusto del consumidor; una variedad de la famosa Quiche Lorraine, pero con una combinación de ingredientes casi alquímica.
La receta de la Quiche Lorraine proviene de la región de Lorena (Lorraine) en Francia (1605 primera referencia) y consiste en una tarta salada abierta elaborada con masa quebrada (o masa brisa) sobre la que se vierte una mezcla batida compuesta de lácteos diversos y huevo denominada migaine. Suele aderezarse con pimienta negra y nuez moscada molidas. En un principio, el relleno se componía sólo de huevos y nata líquida o nata fresca (crème fraîche). En el siglo XIX, se le añadieron las pequeñas tiras o tacos de panceta magra, fresca o ahumada, que caracterizan la Quiche Lorraine que conocemos en la actualidad.
Sin embargo, de esta receta original han venido derivando toda una serie de variantes tan extensa como gustos podamos encontrar. A la simple receta original de la región de Lorena, se le fueron añadiendo con el tiempo ingredientes diversos, dando lugar a distintas versiones como:
– Quiche vosgienne (de la región francesa de los Vosgos): A los lácteos arriba mencionados, se les añade queso Gruyère rallado o en dados.
– Quiche alsacienne (de la región francesa de Alsacia): A la receta original se le añade cebolla frita.
– Quiche tourangelle: Incluye en su elaboración panceta ahumada y/o rillettes de Tours (especie de paté elaborado a base de carne desmenuzada y especias cubierto de grasa similares a los chicharrones).
– Quiche mediterránea: Esta variedad incorpora toda una selección de verduras u hortalizas propias de la zona en la que nos encontremos, como champiñones, espárragos, puerros, calabacín, pimiento, etc. En ciertos casos, llegan incluso a recibir su propia denominación:
– Quiche provençale: con tomate
– Quiche florentine: con espinacas
A las variantes que incluyen ingredientes cárnicos (como el bacon, el jamón, carne en conserva, etc.) hay que añadir las que se inclinan por el pescado o incluso el marisco, como salmón, atún en conserva o gambas.
Así que en realidad, esta receta de quiche de puerros y bacon que os traigo hoy no es una quiche lorraine propiamente dicha, pues a poco que hayamos repasado estas breves notas sobre las distintas variedades que existen hoy por hoy sobre esta popular tarta salada, deberíamos llamarla algo así como «Quiche alsacienne vosgienne mediterránea de puerros», ¿no? Lo dejamos en Quiche de Puerros y Bacon si no os importa.
- Ver receta de aquí y dividir las cantidades por la mitad.
- 5 huevos (L)
- 100 ml de leche entera
- 200 ml de crème fraîche
- 250 g bacon ahumado
- 100 g de queso gruyère
- 2 puerros
- 1 cebolla tierna mediana
- Sal
- Pimienta negra molida
- Nuez moscada molida
- Aceite de oliva virgen extra
- Ver receta aquí. Para esta receta, necesitamos prehornear la masa.
- Bajamos la temperatura del horno a 180ºC/350ºF.
- Mientras se templa la base prehorneada, limpiamos y troceamos las cebollas y los puerros en aros finos y lo salteamos todo unos minutos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Sazonamos, escurrimos el exceso de aceite sobre papel absorbente y reservamos.
- Cortamos el bacon a tiras y lo doramos en una sartén. Dejamos escurrir la grasa sobre papel absorbente y reservamos.
- En un cuenco mediano, batimos con unas varillas los huevos y los mezclamos con la crème fraîche y la leche. Añadimos los puerros, la cebolla y el bacon y lo removemos todo bien con una espátula. Sazonamos con la sal, la pimienta y la nuez moscada (al gusto).
- Cortamos el queso gruyère en daditos pequeños (1 cm. aprox.) y lo añadimos a la mezcla anterior.
- Vertemos el relleno en el molde con la masa quebrada ya fría y lo repartimos uniformemente (no ha de llegar al borde, pues durante el horneado crece y podría rebosar). Horneamos durante unos 45 minutos hasta que cuaje el relleno y la superficie adquiera un tono dorado o hasta que al insertar una brocheta o cake tester en el centro, ésta salga limpia. Si no es así, iremos comprobando cada 2 minutos hasta que lo haga.
- Una vez fuera del horno, dejamos templar dentro del molde sobre una rejilla.
Es un bocado suave y exquisito aún templada, pero a temperatura ambiente sigue siendo increíble. ¿Y tú, qué variedad prefieres?
- Siguiendo como referencia esta receta, podemos hacer casi cualquier variedad de quiche. En vez de puerros, podemos añadirle espinacas o champiñones. También podemos sustituir el bacon por salmón y el queso gruyère por queso de cabra... Las posibilidades son tantas como deliciosas.
- Día nacional de la quiche lorraine: 20 de mayo.