Crumble de ruibarbo y fresas {Strawberry Rhubarb Crumble}

Probablemente un crumble (también conocido como crisp en ocasiones) sea uno de los platos más sencillos de preparar, sencillez directamente proporcional a las alegrías nos da a la hora de zampárnoslo. Para empezar, y pese a que sea una obviedad, es una total y absoluta exquisitez. Se prepara en un ratito de nada y no hacen falta ni conocimientos previos ni utensilios específicos. Te lo puedes —debes— comer casi recién hecho. Es altamente versátil y si no, mira, mira… Si ya lo has probado alguna vez, sabes perfectamente a qué me refiero ¿verdad? Si no, te animo a que hagas la prueba y te regales un bocado realmente reconfortante, aunque aviso, altamente adictivo.

Dadas las fechas en las que nos encontramos, no he podido evitar hacerme con unas cuantas cestas de deliciosas y fragantes fresas y un buen manojo de ruibarbo. Soy consciente de que este último no siempre es fácil de conseguir, incluso en temporada, pues no es una hortaliza demasiado popular en nuestra geografía. Así que, en cuanto lo vislumbro en la frutería, ahí expuesto como si nada, con ese irresistiblemente cautivador color suyo, lo pillo al vuelo sin ni siquiera pararme a pensar qué haré con él; imaginaos el camino de vuelta, ensimismada en el tropel de posibilidades que ya ha empezado a arremolinarse en mi absorta cabecita. Y, tras descartar o archivar para otra ocasión algunas de ellas, de mi último botín surgió este crumble de ruibarbo y fresas que tan pronto como vio la luz la dejó de ver. ¡Qué poco dura siempre lo bueno!

Strawberry Rhubarb Crumble (Crumble de ruibarbo y fresas)

Esta combinación ruibarbo-fresa es muy habitual también en tartas tipo pie, especialmente en el Reino Unido, aunque también en EEUU, donde su popularidad es ya indiscutible. El sabor resultante, con un sutil toque ácido y amable a la vez, y el contraste con esa capa de crumble culminando lo que se vislumbra ya como una promesa de satisfacción absoluta, son, en mi opinión, la representación de la perfección más imperfecta; la ventaja de preparar un crumble vs. una tarta es que la tarea se simplifica exponencialmente, pero la experiencia no tiene nada que envidiarle. Aun así, he de decir que en casa, en cuanto me ven ruibarbeando, se escapan inicialmente algunas miradas furtivas de expectación y cierto recelo contenido —si es que de un año para otro, y con todo lo que va cayendo en el ínterin, es no es difícil distraerse de las alegrías que nos dio esta curiosa y colorida hortaliza por estas mismas fechas la temporada anterior. Sin embargo, en cuanto empieza el horno a hacer de las suyas y la casa comienza a impregnarse de ese aroma que sólo preludia bondades, la memoria gustativa recupera los registros archivados y los engranajes se ponen en marcha: mesa puesta, comensales en sus puestos, cuchara en ristre y la impaciencia al límite porque nunca se enfría lo suficientemente rápido.

Strawberry Rhubarb Crumble (Crumble de ruibarbo y fresas)

Y como ves, lo puedes preparar en versión individual o en un único molde para compartir (yo no he podido decidirme, así que me he quedado con ambas opciones). Llegados a este punto, doy por hecho que estás del todo convencido de sentarte a esta mesa y unirte a la diversión 😉

Las mini cocottes de Le Creuset son siempre un recurso tan práctico en la cocina como ideal a la hora de servir tus platos directamente en la mesa. Lo mismo sucede con la tabla de madera de acacia, ¿no crees? Ambas opciones las encuentras en la tienda online Claudia & Julia

Crumble de ruibarbo y fresas {Strawberry Rhubarb Crumble}
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Crumbles, Crisps & Cobblers
Origen: British
Raciones: 6
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el crumble:
  • 165 g (1 ¼ cup) de harina de trigo floja
  • 75 g (1/3 cup) de azúcar moreno (preferiblemente, light brown sugar)
  • 1 cucharadita de ralladura de naranja (sólo la parte piel, evitamos la membrana blanca)
  • ¼ cucharadita de sal
  • 115 g (½ cup) de mantequilla sin sal, muy fría
Para el relleno:
  • 650 g (unas 7 tallos aprox.) de ruibarbo (sin hojas)
  • 250 g (2 cups) de fresas limpias (sin pedúnculo)
  • 200 g (1 cup) de azúcar blanco
  • 15 g (2 cucharadas) de harina fina de maíz (tipo Maizena)
  • 1 cucharadita de ralladura fina de naranja (sólo la piel, no la membrana blanca)
  • 30 ml (2 cucharadas) de zumo de naranja recién exprimido
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el crumble:
  • 165 g (1 ¼ cup) de harina de trigo floja
  • 75 g (1/3 cup) de azúcar moreno (preferiblemente, light brown sugar)
  • 1 cucharadita de ralladura de naranja (sólo la parte piel, evitamos la membrana blanca)
  • ¼ cucharadita de sal
  • 115 g (½ cup) de mantequilla sin sal, muy fría
Para el relleno:
  • 650 g (unas 7 tallos aprox.) de ruibarbo (sin hojas)
  • 250 g (2 cups) de fresas limpias (sin pedúnculo)
  • 200 g (1 cup) de azúcar blanco
  • 15 g (2 cucharadas) de harina fina de maíz (tipo Maizena)
  • 1 cucharadita de ralladura fina de naranja (sólo la piel, no la membrana blanca)
  • 30 ml (2 cucharadas) de zumo de naranja recién exprimido
  • ¼ cucharadita de sal
Elaboración
Del crumble:
  1. Colocamos la harina, el azúcar, la ralladura de naranja y la sal en un cuenco grande y mezclamos con unas varillas hasta combinar bien.
  2. Progresivamente, vamos añadiendo los daditos de mantequilla fría y los integramos en la harina con ayuda de un pastry blender (amasadora manual) o con las yemas de los dedos hasta conseguir una textura con aspecto de pequeñas migas arenosas irregulares.
  3. Cubrimos con film transparente y refrigeramos al menos durante 20 minutos (se conserva refrigerado sin hornear hasta 24 horas).
Del relleno, montaje y horneado:
  1. Lavamos y troceamos el ruibarbo (en trocitos de 1 cm de grosor aprox.; nunca las hojas) y las fresas.
  2. En un cuenco amplio colocamos el ruibarbo, las fresas, el azúcar, la harina fina de maíz, la ralladura y el zumo de naranja y la sal y removemos suavemente hasta que todo quede bien impregnado. Dejamos reposar unos 15 minutos removiendo de vez en cuando.
  3. Precalentamos el horno (eléctrico y sin aire) a 190ºC (375ºF).
  4. Dividimos la mezcla anterior entre 6 ramequines o mini cocottes de unos 10 cm de Ø y unos 250 ml de capacidad*, respetando un margen de unos 2 cm hasta el borde, y las depositamos sobre la bandeja del horno, previamente recubierta con papel vegetal de hornear.
  5. Cubrimos el relleno con el crumble, repartido por igual entre cada una de las cazuelitas, y horneamos durante unos 30-35 minutos hasta que la superficie haya adquirido un bonito tono dorado y los jugos del relleno empiecen a borbotear.
  6. Retiramos del horno y dejamos templar sobre una rejillla enfriadora unos 10-15 minutos antes de consumir.
  7. Servir preferiblemente templado y por qué no, acompañado con una bola de helado, nata montada azucarada, unas natillas (o custard) o lo que la inspiración te dicte.

    Se recomienda consumir el mismo día.
    Firma Rosa M Lillo
Notas
* - En lugar de preparar tu crumble en porciones individuales, puedes emplear un único molde, o bien redondo (unos 23 cm Ø) o rectangular (20 x 30 cm aprox.).

Posts Relacionados