La idea de hacer una de estas fantásticas galettes llevaba rondándome sin descanso desde hace ya algún tiempo; esa sencilla y aun así auténtica manera de darle forma a una tarta sin darle forma realmente y sin tanto ringorrango como las tartas de fruta convencionales. Prescindimos hasta del molde, incluso también nos olvidamos de acabados artísticos en los bordes o en los laterales; tan sólo una base de masa quebrada, tierna y ligeramente hojaldrada, y un buen puñado de fruta fresca. Entendéis ya el por qué de todo ese afán, ¿a que sí? Et voilà! Marchando una galette de frutos del bosque que os aseguro que os dejará sin habla.
Y hablando de fruta, más buenas noticias. Para hacer una de estas galettes, sólo tenéis que elegir la fruta que más os guste o incluso la que tengáis más a mano; quedará genial con lo que le pongáis: fruta de hueso (tipo albaricoques, nectarinas, melocotones, ciruelas, cerezas, etc.), frutos del bosque, fresas, higos, uvas, etc. Y sí, como bien habéis deducido, yo no podía más que decantarme por una explosiva mezcla de frutos del bosque (arándanos, moras, frambuesas, grosellas y fresas silvestres) para rellenar mi primera galette. No me digáis que no ha quedado genial.
Además, os alegrará saber que podéis incluso llevar vuestra galette a un nivel superior con un toque extra de sabor, tan sólo añadiendo un poco de ralladura de limón, semillas de vainilla, especias, jengibre escarchado… dependiendo de cuáles sean vuestras preferencias y el tipo de fruta elegido. A mí me encanta ese sutil toque cítrico que siempre combina con este tipo de fruta tan bien.
Y por último, pero no por ello menos importante, no se os ocurra pasar por alto la cuestión de la masa así como si nada. Francamente, esta receta requiere, en realidad, cero esfuerzo, así que seguro que a nadie se le ha pasado siquiera por la imaginación el comprar la masa quebrada ya hecha, ¿verdad? Os recomiendo encarecidamente que invirtáis un poco de tiempo y dedicación en hacer vuestra propia masa quebrada casera para esta receta. Los que ya la hayáis hecho alguna vez, sabréis de sobra a lo que me refiero. Y los que no, ¿pues por qué no empezar ahora?
En serio, la diferencia es abismal y merece la pena de todas todas (además de ser mucho, pero que mucho más sencilla de hacer de lo que pueda parecer); os garantizo que vuestras papilas gustativas ¡acabarán haciéndoos la ola! De nada…
- Ver receta aquí y dividir las cantidades por la mitad.
- 25 g (¼ cup) de galletas (tipo Digestive) finamente trituradas o pan rallado
- 420 g (3 cups) de frutos del bosque variados
- 50-100 g ( ¼ - ½ cup ) de azúcar blanco
- ¼ cucharadita de sal
- Ralladura de medio limón (sólo la parte amarilla, no la blanca)
- 15-30 ml (1-2 cucharadas) de zumo de limón recién exprimido
- 20 g (3 cucharadas)* de harina fina de maíz (tipo Maizena)
- 15 g (1 cucharada) de mantequilla sin sal, cortada en pequeños cubos
Ver receta aquí. Sólo necesitamos dar forma a la base. No requiere prehorneado.
- Mientras se refrigera nuestra masa, cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal y reservamos.
- Una vez lista, colocamos la masa sobre una superficie de trabajo, ligeramente enharinada, y la estiramos con un rodillo, también enharinado, hasta formar un círculo de unos 30 cm (12") y unos 0,5 cm ( ¼" ) aprox. de grosor (no ha de quedar en absoluto perfecto). Colocamos la masa estirada sobre la bandeja del horno que habíamos preparado con papel de hornear, cubrimos con film transparente y volvemos a refrigerar durante unos 20 minutos más.
- Mientras tanto, precalentamos ya el horno (eléctrico) a 220ºC (425 degrees F).
- Lavamos y secamos cuidadosamente la fruta y la colocamos en un cuenco grande. Añadimos 50 g ( ½ cup ) del azúcar, la sal, la ralladura de limón, 15 ml (1 cucharada) del zumo de limón y la harina de maíz y mezclamos con suavidad con una espátula para que no se rompa la fruta hasta que ésta quede bien impregnada del resto de ingredientes. Dejamos reposar unos 15-20 minutos. Pasado este tiempo probamos y, si fuera necesario, rectificamos añadiendo un poco más de azúcar o zumo de limón.
- Retiramos la bandeja con la base de nuestra galette del frigorífico y repartimos las galletas trituradas (o pan rallado) de manera uniforme por la superficie de la masa, dejando un margen de unos 5 cm (2") alrededor. Esto evitará que los jugos de la fruta que se liberan durante el horneado reblandezcan la masa en exceso (aunque es inevitable que algo se reblandezca a la humedad de la fruta).
- A continuación, extendemos el relleno de fruta sobre la capa de galletas trituradas/pan rallado, respetando los 5 cm de margen que habíamos dejado libre.
- Seguidamente, repartimos los pequeños cubos de mantequilla sobre la fruta y procedemos a cerrar los lados de nuestra galette, doblando los bordes sobre la fruta alrededor de la tarta, siguiendo la circunferencia de la masa.
- Finalmente, con ayuda de un pincel de repostería pincelamos los bordes con una mezcla de huevo batido y 1 cucharada de agua y terminamos espolvoreando ligeramente con un poco de azúcar blanco.
- Introducimos la bandeja con nuestra galette en la posición central del horno y horneamos durante unos 25-30 minutos hasta que los bordes hayan adquirido un bonito tono dorado y los jugos de la fruta borboteen.
- Retiramos la galette del horno y la dejamos templar unos minutos sobre una rejilla antes de servir.
- Es recomendable consumirla aún templada.
Se conserva a temperatura ambiente durante unos 2 o 3 días bien cubierta.
- A pesar de las medidas aquí indicadas, hay quien opta por bordes más anchos y, por tanto, una visual del relleno más reducida y, por el contrario, quien prefiere dejar los bordes al mínimo y conseguir así una buena panorámica del relleno protagonizando su galette. No hay reglas, así que haz la tuya como más te guste.
- Si quieres disfrutar de tu galette calentita incluso al día siguiente, no te cortes e introduce la porción que te vayas a comer en el microondas a potencia media durante unos 30 segundos.
- En lugar de galletas o pan rallado, también podemos usar mermelada como barrera entre la fruta y la masa. Si te decides por esta opción, recuerda ajustar el azúcar del relleno; es probable que necesites reducirlo.
- *En caso de utilizar fruta de hueso (tipo melocotón, ciruela, albaricoque, etc.) necesitarás aumentar la cantidad de harina de maíz hasta 5 cucharadas (35 g) fácilmente. Si te decides por frutos rojos (o frutos del bosque), higos, etc., con 3 cucharadas (20 g) será suficiente.
- A pesar de ese toque rústico inconfundible de las galettes, puedes probar a dejar los bordes de la masa con un aire más artístico. Se puede pinzar cada pocos centímetros, formando pequeños radios hacia el centro, dejando la galette con forma circular en lugar de geométrica. También hay quien prefiere recortar hasta igualar los bordes de la masa para un acabado más preciso.