Y por fin la receta que siempre he querido preparar creo que casi desde el primer día que empecé en esto de la repostería;
No sé de nadie hasta la fecha que no sea capaz de disfrutar de una buena ración de tortitas cubiertas de una no menos generosa dosis de sirope, deslizándose indecorosamente por los costados.
Se acabaron las mañanas interminables en las que el desayuno podía recrearse a sus anchas. Se acabó esa doble taza de café porque sí, porque nadie nos esperaba.
Mira que es difícil encontrar a quien pueda resistirse a una tortita recién hecha para desayunar. Sobre todo si ya te las encuentras hechas una vez en pie.
¿Recordáis la Devil’s Food Cake (la tarta más «diabólica») que preparé el pasado verano? Pues ha llegado su némesis: la Angel Food Cake (la versión angelical).
En casa reservamos las celebraciones importantes para ponernos manos a la obra con una nueva layer cake. Siempre supone todo un reto y una aventura, pues según sea el tipo de celebración o la persona a la que vaya destinada, hay que pensar en un tipo de tarta u otro, el sabor, el color, la cobertura (si va a llevar), la decoración…
Bueno, bueno y bueno. ¿Podría haber algo más suculento, fácil y rápido de preparar que esta receta de blackberry crumble bars (vale, además de un bocadillo)?