Lemon Cardamom Tea Cake { Bizcocho de limón y cardamomo }

Pocas cosas reconfortan tanto durante los fríos días de invierno como un rico bizcocho casero a media tarde, compañero ideal de esa taza calentita de café, té, chocolate… La luz del día apenas si empieza a recrearse cuando ya se le echa encima el crepúsculo. Pese a la fugacidad de esos momentos de templada claridad, no pocos somos los que tratamos de dar con la fórmula idónea para conseguir que el reloj aminore el paso y ese instante se prolongue deliciosamente. En esta ocasión, la mía se ha traducido en una buena taza bien caliente de té negro con limón y una porción de este bizcocho de limón y cardamomo recién salido del horno.

Bizcocho de limón

Bizcocho de limón & taza de té

Lo cierto es que llevaba meses deseando hacer este bizcocho de limón en casa, soñando con su reconfortante textura, su irresistible sabor, fundamentalmente amable y algo audaz al mismo tiempo. Durante nuestra reciente visita a Irlanda, raro era el día que no acabábamos buscando un acogedor tea room para reponer fuerzas y calentar el ánimo antes de seguir exprimiendo las horas de actividad hasta la cena. Aun así, no fue una tarea fácil; acostumbrados a nuestros horarios peninsulares y movidos por nuestra avidez de recorrer hasta el último rincón, nuestra llegada solía coincidir con su hora de cierre. Pero ¿qué importancia puede tener una mísera costumbre frente a la posibilidad de perdernos semejante momento de placer supremo para cuerpo y espíritu? Y entre el sinfín de delicias que nos aguardaban, ahí aparecía siempre, imperturbable, aquel lemon tea cake (bizcocho de limón típico para acompañar el té de la tarde). Así que entenderéis que tenía que probar a hacerlo en casa.

Rebanadas bizcocho & taza de té (cenital)

Rebanadas de bizcocho (frontal)

Bizcocho de limón (detalle)

Ni que decir tiene que reajustamos el  programa diario para saborear como es debido la experiencia. Desde el que fuera mi primer encuentro, allá por el siglo XX, con uno de estos encantadores y singulares lugares, mi concepto de la palabra ‘reconfortante’ cambió para siempre. Su ambiente, cálido y sosegado —y aun así, rebosante de vitalidad y buen ánimo—, es inimitable. No sucumbir al carrusel de aromas en perfecta armonía de un sinfín de pastas, pastelillos y tartas junto con el café o té recién hechos es sencillamente una tarea del todo inconcebible. Así que, paseos, visitas y comidas diarios se reorganizaron rápidamente en torno a la obligada búsqueda y parada en el salón de té de turno.

Lo cierto es que, en situaciones como estas, a mí me resulta especialmente difícil decidir qué pedir. Todo a mi alrededor parece decir mi nombre y, si bien es cierto que siempre hay un favorito instantáneo, suelo quedarme con la duda de si será la mejor elección. Oteo el panorama y la duda no deja de crecer, así que acabo por pedir la segunda opción por aquello de no dejarme llevar a la primera de cambio. Una vez servida, me arrepiento de no haberme guiado por mi primera impresión, así que me propongo firmemente que al día siguiente no me volverá a pasar. Pero no siempre me ajusto al guión, así que es muy fácil que todo vuelva a empezar día tras día…

Uno de esos favoritos instantáneos fue, precisamente, el lemon tea cake, razón por la cual os traigo hoy este bizcocho de limón lleno de recuerdos y anhelos no cumplidos. Nunca llegué a pedirlo, no sé si porque pensé que sería fácil probarlo en cualquier otro momento (realmente estaba por todas partes) o porque la increíble variedad de scones era absolutamente imposible de pasar por alto para una fanática del mundo scone como yo. Y no sólo eran muchas las versiones entre las que decantarse (¡otro gran dilema!), el tamaño de aquellos «panecillos» era simplemente descomunal; ¡nunca había visto nada igual! ¿Podéis imaginar un scone de arándanos para el que necesitéis ambas manos? Lo dicho, el paraíso…

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Lemon & Cardamom Tea Cake {Bizcocho de Limón y Cardamomo}
 
Tiempo de Prep. (esperas incl.)
Tiempo de Cocción
Tiempo Total
 
Autor:
Tipo de receta: Loaves
Origen: British
Raciones: 12
Ingredientes
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el bizcocho:
  • 200 g (1 cup) de azúcar superfino (caster sugar)
  • Ralladura fina de un limón (sólo la parte amarilla)
  • 115 g (½ cup) de mantequilla sin sal
  • 3 huevos (L)
  • ½ cucharadita de extracto puro de vainilla
  • 260 g (2 cups) de harina de trigo floja
  • 1 ½ cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
  • ½ cucharadita de bicarbonato sódico
  • ¼ cucharadita de cardamomo molido
  • ½ cucharadita de sal
  • 170 g (¾ cup) de sour cream
  • 30 ml (2 cucharadas) de leche (entera o semidesnatada)
  • 30 ml (2 cucharadas) de zumo de limón recién exprimido
Para el glaseado de limón (opcional):
  • 60 g (½ cup) de azúcar glass
  • 1 cucharada (14 g) de sour cream
  • 1 ½ - 2 cucharaditas de zumo de limón recién exprimido
Elaboración
Del bizcocho:
  1. Precalentamos el horno (eléctrico) a 180ºC y colocamos la rejilla del horno a media altura.
  2. Engrasamos minuciosamente un molde rectangular para loaves de unos 23x13 cm (9"x5") y reservamos.
  3. En un cuenco grande, mezclamos el azúcar con la ralladura de limón, friccionando esta última a conciencia entre las yemas de los dedos para que libere todos sus aceites y el azúcar quede bien impregnado.
  4. A continuación, en un cuenco amplio tamizamos juntos la harina, la levadura química, el bicarbonato sódico, el cardamomo y la sal y reservamos.
  5. En un cuenco mediano aparte, mezclamos el sour cream, la leche y el zumo de limón con unas varillas hasta combinar por completo. Reservamos.
  6. En el cuenco de nuestra amasadora eléctrica, equipada con el accesorio de pala (o en un cuenco grande), batimos la mantequilla junto con el azúcar aromatizado a velocidad media-alta hasta conseguir una textura esponjosa y un color más pálido (unos 4 ó 5 minutos). Con ayuda de una espátula de silicona, vamos despegando los restos de masa de las paredes y fondo del cuenco (este proceso lo iremos repitiendo conforme vamos añadiendo ingredientes nuevos).
  7. Agregamos ahora los huevos, ligeramente batidos, de uno en uno y seguimos mezclando a velocidad media-baja; no añadiremos el siguiente hasta que el anterior no se haya integrado del todo.
  8. Añadimos el extracto de vainilla y mezclamos hasta combinar.
  9. Finalmente, incorporamos, por un lado, los ingredientes secos (punto 4) y por otro, la mezcla de sour cream y limón (punto 5), alternándolos de la siguiente manera (cantidades aproximadas): ⅓ de ingredientes secos, ½ de sour cream, ⅓ de ingredientes secos, ½ de sour cream, ⅓ de ingredientes secos. Es decir, empezamos y acabamos con los ingredientes secos, mezclando con suavidad después de cada adición lo justo para integrar los ingredientes. (No es preciso acabar con una mezcla perfectamente cohesionada; si quedara algún grumillo sin deshacer no hay problema alguno, pues se combinará perfectamente durante el horneado. Si trabajamos este tipo de mezclas en exceso, acabaremos con una textura más seca y pesada.)
  10. Vertemos la mezcla en el molde y alisamos la superficie con una pequeña espátula angulada o el reverso de una cuchara. Antes de introducirlo en el horno, damos unos golpecitos contra el banco de la cocina (es preferible colocar un paño doblado entre el molde y la superficie) para que la masa termine de asentarse bien, se rellene cada rincón del molde y se expulsen así las burbujas de aire no deseadas del interior.
  11. Horneamos durante unos 50-55 minutos. Para comprobar si ya está hecho nuestro bizcocho, insertaremos una brocheta (o cake tester) en el centro; si sale limpia, nuestro bizcocho ya está listo, si no, vamos comprobando cada par de minutos hasta que lo haga.
  12. Una vez horneado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar en el molde durante unos 10 minutos.
  13. Pasado este tiempo, desmoldamos con cuidado y lo dejamos enfriar por completo sobre una rejilla antes de glasear.
Del glaseado de limón:
  1. Mientras se enfría nuestro suculento bizcocho, en un cuenco pequeño vamos mezclando el azúcar glass con la leche y el zumo de limón (que añadiremos poco a poco mientras removemos hasta conseguir la consistencia deseada) hasta que el azúcar se haya disuelto por completo. Debe tener una consistencia densa, similar a la de la miel en invierno. Si quedara demasiado espeso o demasiado fluido, añadiremos un poco más de zumo/leche (según queramos pronunciar el sabor a cítrico) o de azúcar glass respectivamente hasta lograr la consistencia deseada.
  2. Dejamos caer sobre la superficie del bizcocho, completamente frío, y esperamos a que se solidifique antes de servir.

    Se conserva durante 3-4 días a temperatura ambiente bien cubierto.
    Firma Rosa M Lillo
Notas
- Si no quieres glasear tu bizcocho de limón, puedes simplemente espolvorearlo con un poco de azúcar glass o dejarlo tal cual, pero es posible que, en este último caso, quizás necesites añadir 50 g (¼ cup) de azúcar extra a los ingredientes del bizcocho (siempre dependerá de dónde tengas el "umbral de dulzura"). Es un bocado exquisito en cualquier caso.
- Si prefieres un glaseado un poco más suave, prueba a sustituir el sour cream por la misma cantidad de leche.
- Si sobrevive al primer día, verás como los sabores empiezan a acentuarse y descubrirás nuevos matices. Pura exquisitez.
- Este bizcocho se congela perfectamente (sin glaseado) durante 2-3 meses. Envuélvelo en film transparente primero y en papel de aluminio después para evitar que el frío lo dañe y déjalo descongelar a temperatura ambiente antes de acostarte. ¡Desayuno 5 estrellas garantizado!

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