Hace poco más de un año os presentaba una delicia de Bakewell Bundt Cake, inspirado en esta Bakewell Tart que os traigo hoy.
No sé si os pasa. A mí sí. Por una razón u otra, me encuentro con que a veces no hay nada en casa con lo que acompañar un buen café —aunque a alguien le pueda costar creerlo si se suele dejar caer por aquí de vez en cuando...
Una vez más, voy a tener que pediros que me dejéis empezar por el principio antes de llegar al quid de la cuestión, al fondo del asunto, a la razón por la que todos estamos aquí, es decir, la receta: este Bakewell Bundt Cake, un bizcocho sencillamente inolvidable.
Esta vez no pienso hablar de la vuelta a la rutina después de una buena panzada de fiestas navideñas, pero sí he de empezar con una advertencia muy seria;
Estrenamos solsticio. Ya está aquí el verano por estas latitudes. Empieza la temporada de helados, batidos fresquitos, frutas suculentas, platos fríos y otras lindezas que nos hagan de esta estación de termómetros al rojo una experiencia más llevadera.
Desde que descubrí que para hacer estos dulces navideños en casa no había que pertenecer necesariamente a la Orden Secreta del Mantecao Sagrao, es decir, que cualquiera puede hacer una docena en un periquete, está escrito en alguna parte que, en cuanto llegan estas fechas (y este año se me ha hecho un poco tarde), comienza la temporada.