Soy consciente de que últimamente, el pan, de una forma u otra, no deja de protagonizar las nuevas publicaciones del blog.
No sé de nadie hasta la fecha que no sea capaz de disfrutar de una buena ración de tortitas cubiertas de una no menos generosa dosis de sirope, deslizándose indecorosamente por los costados.
Se acabaron las mañanas interminables en las que el desayuno podía recrearse a sus anchas. Se acabó esa doble taza de café porque sí, porque nadie nos esperaba.
Todo el mundo sabe qué es un donut (o doughnut, ¿qué difícil, no?). Los venden en todas partes y a todas horas, pero ¿hacerlos en casa?
Aunque no lo parezca, el verano está a la vuelta de la esquina. Hay, sin embargo, una señal inequívoca de que este año también llegará y es que los mercados se están llenado de cerezas.
¿Quién no ha probado alguna vez las típicas tortitas americanas (pancakes) o ha deseado hacerlo? Yo creo que nada más ponerles la vista encima ya supe que estarían presentes en los desayunos de casa siempre que pudiera. Y de eso ha pasado ya una buena colección de años (y de tortitas).