Me vais a disculpar la tontería, porque no, los vikingos en verdad no se ponían finos con estos muffins —ni con estos ni con otros—, pero bien los habrían disfrutado de haber tenido un horno a mano por aquellos entonces...
Después de lo que me parece una eternidad sin hacerlas, traigo al fin una nueva receta de galletas que, además de sencillísima de hacer, promete convertirse en un habitual del día a día...
En casa nos hemos aficionado y mucho al pan de molde (white sandwich bread) casero que ya publiqué aquí en el blog el año pasado.
Sí, lo sé, vaya título para unos muffins. Pero es que se trata de una receta muy especial; estos muffins integrales de calabaza que os traigo hoy son mi primera aventura repostera sin azúcar (y después del escándalo de tarta de la receta anterior había que expiar tanto exceso…).