Generalmente, no suelo estar pendiente de la mayoría de las celebraciones que no supongan un alto en el calendario; el día a día y la rutina son implacables...
O quizás debería haber dicho "Berlinas rellenas de gloria". Me paro a pensar más detenidamente y me da la impresión de que han pasado eones desde la última vez que probé una berlina. Muy probablemente, era tan sólo una niña y a duras penas valoraba esas cosas. Estaban ricas, sí, pero esa era su misión, así que tenían sus cinco minutos escasos de fama y poco más. Andaba una en otras cosas...
La cosa vuelve a girar en torno al pan, uno muy especial también —esta vez dejamos Irlanda y nos damos una vuelta por Francia.
Todo el mundo sabe qué es un donut (o doughnut, ¿qué difícil, no?). Los venden en todas partes y a todas horas, pero ¿hacerlos en casa?