Cuando pensamos en cumpleaños —como veis, seguimos saboreando los buenos momentos— es fácil que nos invadan inmediatamente toda una serie de imágenes e ideas asociadas.
Si alguien lo dudaba, ahora ya toda duda ha quedado despejada: hace calor. Por mucho que el instinto me conduzca hacia los mandos del horno, tengo que pensármelo dos veces antes de ceder.