He perdido la cuenta de la de años que llevaba queriendo hacer esta receta. Cada vez que me tropezaba con la imagen de un key lime pie —y han sido unas cuantas—, me daba cuenta de que...
Si alguien lo dudaba, ahora ya toda duda ha quedado despejada: hace calor. Por mucho que el instinto me conduzca hacia los mandos del horno, tengo que pensármelo dos veces antes de ceder.