Adoro las nubes. No soy muy de chuches, pero las nubes me chiflan. ¿No os habéis parado nunca a pensar cómo las harán para que tengan esa textura esponjosa y etérea?
Siempre me he preguntado cómo harán las cosas que llegan a nuestras manos ya elaboradas, desde un buen par de zapatos hasta una cámara de fotos pasando por la eterna pluma estilográfica.