En un pequeño cuenco, derretimos la mantequilla y la dejamos enfriar hasta su uso.
Engrasamos una sartén de hierro tipo skillet de unos 23 cm Ø (o un molde redondo para bizcochos o incluso de los utilizados para tartas tipo pies de las mismas dimensiones).
En un cuenco mediano, colocamos la harina, las almendras molidas (en caso de usarlas) y la sal y mezclamos con unas varillas hasta combinar por completo. Reservamos.
En un cuenco amplio aparte, empezamos mezclando la ralladura de limón con el azúcar, friccionando bien con la yema de los dedos para que se liberen los aceites contenidos en la piel de la fruta hasta combinar por completo.
Seguidamente, incorporamos los huevos y mezclamos enérgicamente con las varillas durante unos 3-5 minutos hasta obtener una mezcla densa y esponjosa y visiblemente más pálida.
A continuación, añadimos el extracto de vainilla (y/o de almendra; ver apartado Notas abajo) y mezclamos con suavidad hasta combinar.
Añadimos ahora la mezcla de ingredientes secos que teníamos reservada (harina, almendras molidas, en caso de utilizarlas, y sal) y, con ayuda de una espátula de silicona, vamos integrándolos con suavidad hasta conseguir una mezcla más o menos homogénea, aunque no es problema que queden aún algunos grumos.
Finalmente, añadimos la mantequilla, derretida y enfriada, y mezclamos lo justo hasta obtener una masa uniforme.
Vertemos la masa en nuestra skillet (o molde) y alisamos la superficie con una espátula. Repartimos las almendras laminadas sobre toda la superficie y terminamos espolvoreando algo de azúcar.
Horneamos durante unos 25-30 minutos o hasta que la superficie haya adquirido un bonito tono dorado y los bordes queden algo tostados.
Retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla durante unos 10 minutos antes de desmoldar y servir.
Para desmoldar, bastará con pasar una pequeña espátula angulada alrededor del bizcocho para despegarlo de la skillet (o del molde).
Podemos servir templado o esperar a que se enfríe por completo (yo suelo dejarlo en la propia skillet a la hora de servir). De nuevo, un buen helado es el compañero ideal de este tipo de bizcochos caseros.Se conserva perfectamente 3-4 días a temperatura ambiente bien cubierto o envuelto en film transparente.
Notas
- En lugar de almendras molidas, también puedes conseguir darle un toque increíble con ⅛ cucharadita de extracto de almendras. - Este bizcocho no incluye ningún tipo de agente leudante (levadura química, bicarbonato sódico, etc.). Si embargo, si prefieres tus bizcochos con algo más de esponjosidad (en éste, con toda sinceridad, no se echa para nada de menos), puedes agregar ½ cucharadita de levadura química (tipo Royal) a la harina en el momento de añadirla a la mezcla. - Una vez frío, este bizcocho admite perfectamente la congelación hasta 2 meses. Recuerda envolverlo bien en film transparente primero y en papel de aluminio después para evitar que se dañe con el frío.
Recipe by Pemberley Cup & Cakes at https://pemberleycupandcakes.com/2016/06/16/swedish-visiting-cake-un-bizcocho-perfecto-para-quedar-siempre-bien/