- *Si vas a amasar a mano, ármate de paciencia y tesón; este tipo de masas con un índice considerable de mantequilla entre sus ingredientes principales es una gozada, pero requiere algo dedicación. Para incorporar bien la mantequilla (también de forma gradual), uno de los mejores métodos es el
amasado francés o Bertinet. Se trata de una masa muy maleable y pegajosa inicialmente, pero su textura se irá transformando en algo sublime según vayas avanzando. Así que no desistas ;)
- Este relleno no resulta excesivamente dulce, sino que es más bien intenso (pues sólo lleva chocolate puro, cacao y mantequilla), pero si te parece demasiado potente, puedes añadir un par de cucharadas (o tres) de
azúcar superfino o azúcar glass.
- Si lo prefieres, también puedes darle un toque de sabor extra a tu
babka añadiendo un poco de ralladura de naranja (con la mitad de una naranja mediana será suficiente) junto con los ingredientes secos (punto 2 de la elaboración de la masa).
- En el improbable caso de que no lo vayas a consumir entero y antes de que se eche a perder, no dudes en congelar tu
babka. Envuélvelo primero en film transparente y después en papel de aluminio. Se conserva congelado perfectamente durante unos 2 meses. A la hora de consumirlo, déjalo a temperatura ambiente hasta su total descongelación.