Con ayuda de un pincel de repostería, engrasamos minuciosamente un molde rectangular para loaves de unos 25 x 12 cm (10 x 5-inches) aprox. Recubrimos fondo y laterales con papel vegetal de hornear y volvemos a engrasar (si utilizamos mantequilla para engrasar el molde, espolvorearemos ligeramente con cacao y sacudiremos el exceso). Reservamos.
Una vez lavados, pelados y retiradas las semillas de los calabacines (podemos utilizar la punta de una cucharilla pequeña), los rallamos y dejamos escurrir en un colador grande sobre un cuenco amplio (también los podemos picar muy finos con un procesador de alimentos). Reservamos.
Mientras tanto, en un cuenco grande, tamizamos juntos la harina, el cacao, la canela, la levadura química, el bicarbonato sódico y la sal y mezclamos con unas varillas para combinar bien todos los ingredientes. Reservamos.
Añadimos los huevos a la mezcla de azúcares y batimos enérgicamente durante unos 3 minutos hasta conseguir una mezcla esponjosa y densa y visiblemente más pálida.
A continuación, incorporamos el aceite a la mezcla anterior progresivamente en un hilillo y sin dejar de remover, ahora ya con más suavidad, hasta integrar por completo.
Seguidamente, añadimos el extracto de vainilla y el calabacín rallado (o picado) y mezclamos un poco más hasta conseguir una masa homogénea.
Incorporamos ahora los ingredientes secos que teníamos reservamos (punto 4) en dos tandas, mezclando suavemente sólo lo justo después de cada adición hasta integrarlos y conseguir un color uniforme.
Finalmente, agregamos los chips de chocolate y mezclamos ya a mano con ayuda de una espátula de silicona lo hasta repartirlos de manera uniforme por toda la masa.
Vertemos la mezcla en el molde que habíamos preparado y damos unos golpecitos suaves al molde contra la encimera para eliminar las burbujas de aire de su interior; de esta forma, también ayudamos a que se nivele la superficie de la masa por sí misma.
Horneamos durante unos 50-55 minutos o hasta que al insertar una brocheta o cake tester en el centro ésta salga prácticamente limpia.
Retiramos del horno y dejamos enfriar dentro del molde durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo, desmoldamos con cuidado (en caliente, este bizcocho tienen una consistencia algo frágil) y dejamos enfriar sobre una rejilla por completo antes de consumir.Se conserva a temperatura ambiente, resguardado del aire, fácilmente unos 3 días.
Notas
- Recién hecho, este bizcocho es una auténtica gozada para los sentidos. Pero a la mañana siguiente, cuando ya se hayan asentado y fusionado todos los sabores, es incluso una experiencia mejor aún si cabe. - Es muy importante no obviar el paso de escurrir bien el calabacín; yo he llegado a recoger hasta 80 ml ( ⅓ cup ) de agua, lo que habría alterado considerablemente la textura final. - Si lo prefieres, puedes prescindir del cacao (y el chocolate adicional) y preparar así otro clásico entre los clásicos: un tradicional y delicioso zucchini bread. Eso sí, tendrás que incrementar la cantidad de harina indicada en la receta en unos +45 g ( ⅓ cup ). Sencillamente irresistible. - Este tipo de bizcochos admite la congelación sin problema; tan sólo has de asegurarte de envolverlo bien en film transparente primero y en papel de aluminio después para evitar que el frío lo dañe y estropee su estructura. - Día nacional (EEUU) del zucchini bread: 25 de abril.
Recipe by Pemberley Cup & Cakes at https://pemberleycupandcakes.com/2015/10/28/double-chocolate-zucchini-bread-bizcocho-de-chocolate-y-calabacin/