No sé si habréis notado que últimamente estoy en modo brunch ON total; primero fueron los English muffins, una cosa llevó a la otra y del Reino Unido fui a parar a EEUU —a Nueva York, más concretamente—, con sus ya célebres «huevos Benedictine», para los cuales dichos panecillos ingleses son imprescindibles.
Me encanta el pan. Todo tipo de pan. Siempre me han parecido una preciosidad las barras de pan, las hogazas, los panecillos, el pan rústico, el pan de aceite, con cereales, el pan gallego, el pan brioche, la focaccia…
La primera vez que oí mencionar el nombre de monkey bread me dio la risa. «No, en serio», exigía yo una vez recuperado el aliento.